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De izquierda a derecha: Lola González, Ana Yunca y Elena Cotovano. FOTOS: GUZÓN
Salmantinas que se reinventan en la madurez

Salmantinas que se reinventan en la madurez

Las salmantinas Lola, Ana y Elena han encontrado en el curso del CEFOL de “Asistente Personal” un camino para reorientar el rumbo de su vida laboral (y personal) en medio de la pandemia

Martes, 2 de marzo 2021, 17:46

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Nunca es tarde para cambiar de rumbo. Este es el mensaje que transmitieron ayer los 34 alumnos que recogieron su certificado tras haber finalizado el curso de “Asistente Personal” del CEFOL, gestionado desde la concejalía de Familia e Igualdad de Oportunidades, que dirige Ana Suárez. Este sector es uno de los que más auge está teniendo en las últimas fechas a raíz del deseo de los mayores de permanecer en sus domicilios ante el impacto del COVID en las residencias. Así lo confirman las dos tutoras y técnicos municipales del curso, Cristina Ferre y Laura Martín: “Ha habido mucha demanda”.

“En casa no te llegan las oportunidades”

El de Lola es el claro ejemplo de la reinvención. A sus 54 años ha sido autónoma -hasta noviembre de 2019 cuando cerró su comercio de la Rúa-, ha regentado, junto a su marido un restaurante en Francia durante 23 años y ahora que está en paro se dedica a formarse para encontrar nuevas oportunidades laborales. “Si te quedas en casa las oportunidades no llegan”, nos confiesa minutos después de haber recogido el diploma del curso de Asistente Personal del CEFOL .

Su objetivo es el de formarse para “buscar trabajo”, asegura Lola, que relata las dificultades que han atravesado estos meses al tener que tirar solo con lo que su marido gana como autónomo de un negocio de telefonía: “Durante el confinamiento se miraba hasta lo que comíamos para gasta lo mínimo posible”.

“Siempre he trabajado en comercio y era hora de cambiar”

Con un perfil diferente al de Lola, pero con el mismo interés por el mundo de la asistencia a los mayores, la salmantina Ana Yunca ha sido una de las alumnas del curso del CEFOL, donde ha conseguido esa motivación que necesitaba para adentrarse en ese mundo. “Me quedé en paro entonces quería cambiar mi futuro y quería enfocarlo un poco a lo que me gustaba”, explica.

Esta madre de dos pequeños explica que: “Siempre me he dedicado al comercio, de cara al público, pero esto era algo que tenía en mente desde siempre”. Sin embargo, siempre había alguna barrera que se lo impedía: “Ya lo haré”, “ya tendré tiempo”, se decía.

Por suerte para ella, tras dedicarse estos últimos cuatro años a cuidar a sus dos hijos, era el momento de dar el paso: “Ya era hora de cambiar de rumbo”.

A sus 35 años, Ana se ha decantado por este sector para reorientar su vida por dos razones: la primera porque le gusta, y la segunda: “Porque cada vez hay más gente mayor que necesita la ayuda de asistente personal”, reconoce.

“No hay opción. Hay que trabajar”

El destino quiso que la Elena Cotovano, de 56 años y natural de Rumanía, aterrizase en Salamanca hace ya más de una década: “Llegué por un mes y medio para cuidar a mi nieta porque mis tres hijas estaban aquí y ya llevo 11 años y medio”. Desde entonces, su vida laboral ha estado vinculada a la asistencia a domicilio, pero con la llegada de la pandemia las oportunidades se han visto mermadas y ahora sobrevive gracias a una prestación que tiene concedida por un año. Un margen que Elena está aprovechando para seguir formándose a través del CEFOL: “He hecho cursos de limpieza y ahora con este de asistente personal he adquirido mucha formación e información”, asevera.

Para ella la atención y cuidado de personas mayores tiene que ir acompañada de “empatía, paciencia y comprensión”. “No todo el mundo vale”, sentencia. Pero también son necesarios unos conocimientos mínimos, que en su caso confiesa haberlos adquirido desde la experiencia, por eso considera esencial la realización de este tipo de cursos impulsados desde el Centro de Formación y Orientación Laboral del Ayuntamiento de Salamanca.

Durante los meses de pandemia, Elena batalló de tú a tú contra el COVID en una residencia de mayores, que fue duramente golpeada por el virus: “No puedo decir que no tuviera miedo al COVID, pero quedarse en casa no es una opción. Hay que trabajar”.

Elena demuestra que ampliar conocimientos nunca está de más y espera que a raíz de los nuevos cursos que está realizando por mediación del Consistorio, pueda tener más fácil encontrar un trabajo. “Da igual la edad”, y añade: “Tengo muchos currículum metidos para la asistencia a domicilio y espero que con este título me ayude más a acreditar mi experiencia en el sector”.

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