Salamanca sigue fiel al entierro tradicional frente a la tendencia del país
Solo tres de cada 10 servicios funerarios en la capital son con cenizas frente al 50% que se da a nivel nacional
Los salmantinos siguen aferrados al entierro tradicional. Los datos del Ayuntamiento de Salamanca, correspondientes al periodo comprendido entre el 1 de enero y el 15 de octubre de 2025, revelan que apenas un 30% de los servicios funerarios registrados corresponden a incineraciones, muy por debajo de la media nacional, que por primera vez supera el 50%, según el informe anual de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef).
En los cementerios municipales —San Carlos Borromeo, Tejares y Virgen de la Salud— se realizaron 982 inhumaciones durante los primeros diez meses del año, de las cuales 592 fueron cadáveres y 295 cenizas, además de restos, miembros humanos y fetos.
La sepultura continúa siendo la forma predominante de enterramiento en la ciudad, con un 67,2% del total, seguida de los nichos (13,8%) y los columbarios (3,2%).
A nivel nacional, la tendencia ha cambiado por completo. El estudio de Panasef confirma que, en 2024, las incineraciones superaron por primera vez a las inhumaciones, alcanzando el 50,11% de los casos, frente al 47,78% del año anterior. Un cambio que, según la patronal, refleja la transformación de las costumbres funerarias en España, impulsada por motivos económicos, prácticos y de espacio.
El informe local detalla además que, en lo que va de año, se han realizado siete servicios funerarios gratuitos en la ciudad, una prestación municipal destinada a personas en situación de vulnerabilidad o sin recursos, que cubre los gastos esenciales del sepelio. En el conjunto de España, el 86% de las ceremonias siguen siendo de carácter religioso y, de ellas, el 85% son católicas, proporción que en Salamanca es mayor, ya que los funerales por ritos civiles siguen siendo anecdóticos.
En Salamanca, pese a la evolución nacional, el enterramiento en sepultura y el rito religioso siguen marcando la identidad de las despedidas, reflejo de una ciudad que mantiene vivas sus tradiciones incluso en los momentos finales.