«Salamanca es uno de los lugares en España en la que la tradición de comprar castañas se mantiene con más fuerza»

En Salamanca hay un aroma que se apodera de las calles durante los días del otoño y el invierno. Un olor que precede a la Navidad y que todos los salmantinos evoca buenos recuerdos: el de las castañas al fuego. Y es que si de algo puede presumir la capital charra es de ser una de las ciudades españolas donde la tradición de comprar castañas asadas en la calle se mantiene intacta.

Miguel Hernández es castañero desde hace 15 años, un oficio que, resalta, tiene sus sacrificios, pero que cambiaría por nada, ya que se describe a sí mismo como un amante de las castañas y se siente muy orgulloso de ayudar a mantener viva esta tradición.

«Salamanca es uno de los lugares en España en la que se mantiene con más fuerza la tradición de comprar castañas . Somos una de las ciudades con más castañeros por metro cuadrado», relata Hernández que este año tiene su puesto ubicado en la calle Zamora, donde anima las tardes de los transeúntes con su buena actitud.

Un oficio que, como destaca Miguel Hernández, no es para cualquiera. «Los castañeros abrimos los puestos todos los días. Durante la temporada no tenemos descanso. De lunes a domingo estamos en las calles vendiendo las castañas y llevando sonrisas a los rostros de la gente. Yo, por ejemplo, solo cierro los días de nochebuena y nochevieja. De resto estoy ahí en mi puesto. No importa si llueva o graniza», comenta, a la vez que añade: «Ser castañero es algo que te tiene que gustar porque implica mucho trabajo. No es solo asar las castañas y venderlas. Es ir a comprarlas, buscar las mejores, saber elegirlas, transportarlas y mucho más. A mí me gusta mucho hacerlo, no solo porque me encantan las castañas, sino porque me gusta mucho el trato con el público. Me hace muy feliz ver a los niños que salen del colegio y que lo que le piden a los papás es una bolsa de castañas», cuenta Hernández que, además, se muestra esperanzado con la temporada de este año.

«No se puede predecir mucho porque la temporada depende de cuánto aguanten las castañas, pero este año pinta bien porque hay muchas castañas, si aguantan vamos a tener una temporada muy buena», considera el castañero.

Una temporada que, opina, ha arrancado muy bien. «Llevamos apenas una semana trabajando, pero hemos empezado con buen pie. El puente estuvo muy bien porque vinieron muchos turistas y hubo buen clima», señala.

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