Salamanca endurecerá las sanciones por excrementos y orines de perros
Los dueños deberán llevar agua para limpiar los orines y se elevarán las multas. El análisis de ADN de excrementos vuelve a descartarse por su alto coste y escasa eficacia. La medida se adoptará en la Comisión de Medio Ambiente, ya en septiembre
El Ayuntamiento modificará la Ordenanza Municipal de Limpieza Urbana para endurecer las sanciones relacionadas con los excrementos y orines de perros en zonas no habilitadas. La medida se debatirá en la próxima Comisión de Medio Ambiente, prevista tras el mes inhábil de agosto, y supondrá un cambio significativo en el artículo 18 de la normativa, que pasará de considerar leve a grave la infracción.
Con esta modificación, se incrementará de forma «notable» la cuantía de las multas a quienes permitan que sus perros ensucien la vía pública sin recoger los excrementos o sin limpiar los orines, actualmente sancionados con 750 euros.
Además, la nueva ordenanza obligará expresamente a los propietarios a llevar una botella de agua para diluir la orina de sus mascotas, de manera que también será sancionable no portar ni utilizar este recurso. El Consistorio reforzará la presencia policial para garantizar el cumplimiento de las nuevas normas y sancionar a quienes las incumplan.
Respecto a la posible implantación de análisis de ADN para identificar a los propietarios que no recogen los excrementos, el Ayuntamiento recuerda que esta opción ya fue estudiada y descartada en 2018. El sistema presenta numerosos problemas técnicos, jurídicos y económicos que hacen inviable su aplicación en la capital del Tormes.
Para poder sancionar mediante ADN, todos los perros tendrían que estar registrados con una muestra genética en el Registro de Animales de Compañía de la Junta de Castilla y León. Este proceso conlleva costes adicionales, tanto para los dueños como para la Administración, y en otras localidades ha demostrado un bajo nivel de cumplimiento.
Además, cada análisis de excremento implicaría un gasto elevado, al que habría que añadir la contratación de personal especializado, así como acuerdos con laboratorios acreditados y con el Colegio de Veterinarios. Las dificultades técnicas también son relevantes: las muestras deben ser recogidas por agentes autorizados y transportadas con un sistema de custodia. Sin embargo, en muchos casos los resultados no son concluyentes, ya que las heces pueden degradarse o contaminarse con ADN de otros animales, orina o restos ambientales. Incluso cuando se obtiene un perfil genético, puede haber errores de identificación entre miembros de una misma camada.