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La criopreservación de óvulos está experimentando un notable aumento de casos en Castilla y León y, en concreto, en el Complejo Asistencial de Salamanca.
El Hospital salmantino envía cada vez más óvulos al banco del Río Hortega de Valladolid , que es el centro asignado por la Consejería de Sanidad para centralizar todos los casos de la Comunidad.
Este incremento está fundamentado en varios motivos. Por un lado, porque Sacyl ha ampliado las prestaciones para llegar a más mujeres. Por ejemplo, el programa de atención ginecológica a la mujer con cáncer está facilitando que las mujeres que se van a someter a un tratamiento oncológico -que puede dejar mermada su capacidad de ser madres- congelen previamente sus óvulos para intentar tener un hijo más adelante. Dentro de esta patología, la que predomina entre las preservaciones de óvulos son las mujeres que sufren cáncer de mama.
Otras de las grandes beneficiadas de esta prestación son las mujeres con endometriosis antes de someterse a unas cirugías que se esfuerzan por conservar el útero y que les permite volver a recibir esos óvulos.
Por otra parte, el Hospital también está remitiendo varios casos de disforia de género: mujeres que persiguen una reasignación de sexo, pero antes de ese proceso optan por congelar sus óvulos para no perder la capacidad de tener un hijo. Fuentes hospitalarias apuntan que se está remitiendo «entre cuatro y cinco casos al año de este tipo».
El aumento de las diferentes técnicas de ayuda para la reproducción viene fundamentado en «los actuales ritmos de vida y en un cambio de mentalidad que lleva a la gente a retrasar los embarazos», opina María José Doyagüe. La ginecóloga añade que «luego, cuando se deciden a buscarlo, muchas veces se quiere para ya. Hay más sensación de premura y eso se nota en un aumento de nuestras consultas».
La sanidad pública de Castilla y León cubre esta prestación de preservar los óvulos dentro de unos supuestos legales: aquellas personas que, por enfermedad o por tratamientos a los que se van a someter, consideran necesario congelar sus óvulos. Lo hace, lógicamente, sin gasto para el usuario y se trata de un ahorro considerable. También están marcados los límites de edad que, no permite rebasar los 35 años.
Existen centros privadas que también ofrecen la criopreservación de óvulos y embriones con tarifas que van desde los 2.000 hasta los 4.000 euros. No solo, sino que estas clínicas cobran un extra por los años de mantenimiento.
«Esta criopreservación ocupa un espacio e implica un mantenimiento. Se conservan durante un número de años determinado por la ley y después de ese tiempo pueden desecharse, pueden ser aprovechadas para otras parejas o pueden ser utilizados para la investigación», explica la jefa de Ginecología del Hospital de Salamanca.
A las pacientes se les explica que el óvulo puede estar conservado durante muchos años, pero deben saber que existe un riesgo de que se pierda durante el proceso de descongelación, de ahí que se congelen varias tandas por persona. «Cuantos más guardes, más opciones de que pueda conseguirse en el futuro un embarazo. Por eso es clave que lo hagan mujeres jóvenes, antes de los 35 años», apuntan.
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