Salamanca en el ayer: así ha cambiado la calle Varillas en los últimos años

Se trata de una de las calles que, en la actualidad, más jóvenes congrega cada noche de fiesta en Salamanca. Levantada en el siglo XIX y abarca desde Gran Vía hasta la Plaza del Ángel.

La calle Varillas honra con su nombre a Francisco Rodríguez de Varillas, que donó capital y muchos de sus bienes para fundar el colegio de las Once Mil Vírgenes. Anteriormente, fundó el Colegio de San Millán, en la última casa de la calle Libreros, y, allí, dejó establecido que fueran ocho estudiantes y cuatro familiares los acogidos.

Según la página oficial de Turismo de Salamanca, Varillas ha contado siempre con bares tan míticos como El Paniagua o La Imprenta, que, a día de hoy, siguen siendo muy frecuentados, llegándose a abarrotar dicha vía. Es, sin duda, uno de los lugares favoritos de los estudiantes salmantinos y turistas para disfrutar de la fiesta de la ciudad, característica por su ambiente y su multiculturalidad.

Pero este ambiente ha cambiado a lo largo de toda su historia. Lejos queda ver cómo los vehículos transitan por dicha calle, aunque haya una bifurcación a San Justo. Ahora, discotequeros y discotequeras suplen a camioneras, coches y motos que antes podían usar Varillas para acceder a la Plaza del Mercado y, ahora, tienen que conformarse con ser aparcadas en zonas tan céntricas como la Gran Vía.

Respecto a los aspectos que resultan más curiosos de dicha calle, hay que resaltar uno. Y es que todavía a día de hoy se conserva un edificio que data del siglo XIX. Es el del número 17 y presenta una fachada con sillería de piedra y rejería de fundición.

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