Secciones
Destacamos
Viernes, 11 de septiembre 2020, 10:45
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
EL rector Ricardo Rivero tiene por delante un curso marcado por el COVID, pero eso no le asusta, al contrario, está convencido de las capacidades de la Universidad y dispuesto a arrimar el hombro para salir adelante de esta crisis a todos los niveles.
–¿Cómo afronta el inicio de este curso marcado por el COVID?
–Con mucha conciencia de la responsabilidad de trabajar con toda la energía y toda la atención, y desde un principio básico que es la protección de toda la comunidad universitaria, colaborando con las autoridades sanitarias y la garantía de la prestación del servicio público, que es nuestra misión.
–¿Puede garantizar seguridad?
–No hay una solución de talla única, cada centro está adaptando su propuesta académica a sus circunstancias. Los responsables de los centros, los docentes y todo el personal está haciendo un esfuerzo extraordinario para lograr esa adaptación. Cuando comience el curso general, los planes de todas las facultades se habrán puesto al día y cualquier necesidad adicional que se plantee, tanto tecnológica como de otro tipo, estará a su disposición. Estrenamos esta semana un nuevo campus virtual que da también mucho margen a los docentes para interactuar con sus estudiantes en esa combinación de semipresencialidad.
–¿Más bien hay que hablar de semipresencialidad?
–Bueno, la mayoría de los centros plantearon tres escenarios: uno de presencialidad, otro similar al que vivimos en el confinamiento, on line, y el intermedio, que es el que sabíamos que tendríamos que aplicar, que combina una presencialidad física y on line. Yo creo que la presencialidad se va a mantener en buena parte de la actividad docente y los medios tecnológicos van a estar a disposición. Muchos centros aplicarán un modelo mixto, pero no es la propuesta inicial del Ministerio de pasar a un modelo on line, aunque estamos preparados para esa circunstancia si la situación epidemiológica empeorara mucho.
–¿Hay problemas de espacio?
–Por primera vez hemos organizado los espacios de la Universidad para que sirvan como lugares compartidos, de manera que no hay una asignación exclusiva a un centro, y tenemos un mes para dotar nuevos espacios si los centros lo requieren.
–¿No teme que la situación cambie a peor en este mes?
–Creo en nuestros profesionales en el área de la salud y creo que con los recursos adecuados serán capaces de controlar la situación y espero que a lo largo del mes de septiembre esta situación de agravamiento de las condiciones de transmisión sea revertida.
–En el caso de la enseñanza no universitaria, se contratarán más docentes ¿y en la Universidad?
–Llevo meses pidiendo que los 400 millones de los fondos COVID destinados a educación superior se asignen algunos recursos también al capítulo de personal. La Universidad de Salamanca está contratando un buen número de profesores ayudantes doctores y hemos previsto un refuerzo de plantilla que supera numéricamente las previsiones de jubilación, pero hubiera preferido que la apuesta de inversión del Ministerio no priorizará solo las tecnologías e incluyera también el refuerzo de las plantillas. Hemos hablado con la Consejería de Educación en este sentido y nos respalda.
–Un momento clave será la llegada de estudiantes en octubre.
–La verdad es que es un momento muy especial para la ciudad ese inicio de curso que, históricamente, se producía a principios de octubre. Los mensajes que recibo de los representantes de los estudiantes son de responsabilidad. Me trasladan que el estado de opinión de sus compañeros refleja una conciencia de la responsabilidad y yo espero que así sea.
–Si, pero curso tras curso escuchamos decir que las novatadas están prohibidas, pero se repiten. ¿Por qué este año será distinto?
–Es uno de los temas que he hablado con la representación de estudiantes y lo que me trasladan es que sus compañeros son conscientes de que en este inicio de curso ese tipo de prácticas son totalmente inaceptables. Por supuesto, nuestra opinión siempre ha sido la misma y este año, por las circunstancias, reforzadísima. Ya hemos iniciado los contactos con los responsables de la Policía Local para coordinar nuestras acciones, pero creo que los estudiantes van a comportarse de manera mayoritaria de forma correcta. Si detectamos comportamientos irresponsables, la reacción de la Universidad va a ser adecuada a las circunstancias, por supuesto.
–¿Habrá sanciones?
–Aquí el ministro tampoco nos ha ayudado porque su anuncio de derogación del decreto de disciplina académica deja a las universidades en una situación precaria, pero aparentemente porque, tras un análisis jurídico de la situación, sí tenemos medios suficientes para reaccionar. En una población de cerca de 30.000 estudiantes puede haber algún comportamiento inadecuado que creo que será, en primer lugar, contestado por sus compañeros, pero si la institución debe intervenir, lo hará de forma efectiva.
–El rector de Navarra ha asegurado que la organización de una fiesta en un piso tendrá consecuencias académicas, ¿se plantea algo similar aquí?
–Yo he compartido con los rectores del sistema universitario de Castilla y León mi idea de que no somos ajenos a lo que ocurra fuera de nuestros campus en estos momentos. A mí me importa e incumbe el comportamiento de la comunidad universitaria fuera de nuestros espacios. Es una competencia de otras autoridades, pero en colaboración con esas autoridades, voy a hacer todo lo posible para que estemos a la altura de las circunstancias. Claro, una universidad pública y una privada tienen estatutos y marcos diferentes, pero a diferencia de otros rectores, creo que tenemos que colaborar para que fuera de nuestros espacios todo funcione bien.
–¿Cómo va la realización de test a la comunidad universitaria?
–El proyecto DIANCUSAL se retomará a mediados de septiembre. Es una de las propuestas de presencialidad segura que muestran la singularidad y capacidades especiales de la Universidad.
–¿Y la colaboración con Sacyl para las PCR, se ha reactivado?
–Tengo que agradecer el trabajo de los responsables de Nucleus, que interrumpieron sus vacaciones y los de contratación para la adquisición de los materiales necesarios. Creo que ya los tenemos, así que estamos a disposición de la Consejería.
–El lunes empieza el segundo plazo de matriculación ¿las cifras hasta ahora son buenas?
–Los datos de número de estudiantes matriculados en la universidad de Salamanca son muy similares a los del año pasado y esa es una noticia positiva teniendo en cuenta las circunstancias porque hay que pensar que la Universidad de Salamanca no nutre sus aulas de estudiantes del espacio más próximo, sino de otros lugares. La capacidad de atracción y la credibilidad académica en la Universidad de Salamanca se ha mantenido en este contexto tan difícil.
–¿Se mantienen los Erasmus?
–Teníamos confirmados un número muy elevado, de 800, no se produjeron muchas bajas hasta la fecha, pero las recomendaciones de algunos países europeos sobre los viajes a España tendrán, previsiblemente, algún efecto. La posibilidad de que los estudiantes Erasmus modulen su experiencia alternando un formato no presencial, virtual, con un desplazamiento físico posterior, ayudará a salvar el programa. Así que si no se pueden incorporar en octubre, deberíamos ofrecerles alternativas a través de nuestro campus virtual.
–Donde no hay mejoría es en el tema de la enseñanza de español.
–Lo que queda de 2020, a los efectos de la movilidad internacional de estudiantes, está muy afectado. Tendremos estudiantes internacionales en la Universidad de Salamanca, pero en unas cifras inferiores. Las noticias que se vayan produciendo a lo largo de los meses de otoño, en particular en el mes de diciembre, avanzarán cómo va a ser el 21 para todos los sectores importantes del país, no solo la Universidad. Creo en las capacidades humanas y tenemos medios técnicos, investigadores y profesionales en los servicios de salud que van a lograr que terminemos el año 20 en condiciones mucho mejores que las actuales. De cara al año 2021 mis previsiones no son pesimistas, tampoco en esta área del español para extranjeros.
––Le queda poco más de un año para cumplir su primer mandato. ¿Cómo ve el futuro?
–Cada mañana me levanto con más ganas de trabajar. Esta es una de las circunstancias más difíciles que tiene que afrontar cualquier persona con responsabilidades, yo admiro a quienes están sacando adelante, con mil contratiempos, sus empresas; el sector privado nos está dando una lección de aguante y paciencia y en homenaje a toda esa gente no me permito ni un momento de descanso. No pienso en qué ocurrirá dentro de un año.
–En plena crisis por el COVID remodeló el equipo y cambió de persona a dos vicerrectorados. ¿Por qué?
–Porque necesitaba una coordinación plena en toda la oferta académica de la Universidad, de grado y de posgrado, y antes no era plena.
–Se rumorea que habrá más cambios.
–Dependerá de los miembros del equipo. Yo voy a pedirles que redoblen esfuerzos, se lo estoy pidiendo ya. El mensaje que he trasladado es que creo que hay que prepararse para las situaciones más difíciles y trabajar como si todos los días estuviéramos en esa situación. Eso supone un estado de alerta y dedicación que no le puedo pedir a todo el mundo.
–Al menos ha tenido una buena noticia con el “supercampus”.
–El “supercampus” europeo va a desplegar todos sus efectos sin verse afectado por la crisis COVID porque tendremos aprobada alguna oferta académica de supercampus para el curso 21-22, que es lo que estaba previsto. Es una buena noticia porque supone recursos económicos y la posibilidad de captar otros recursos. La Universidad tiene que hacer todo lo posible para que la recuperación económica de Salamanca y del resto de campus sea fuerte, esto también me importa. Todo proyecto que traiga recursos en corto, medio y largo plazo, y toda actividad que pueda ayudar a que nuestro tejido empresarial y social de referencia se vea insuflado, merece también nuestra atención. No me puedo desentender, y creo que la Universidad no debe desentenderse, de cómo afectan sus decisiones al entorno socioeconómico de referencia. Tenemos que estar pensando en controlar la situación epidemiológica y en la reactivación de la economía porque nos va a hacer mucha falta.
–Algunos aplaudieron su decisión de cerrar la Universidad, pero otros consideran que tuvo consecuencias negativas. ¿Volvería a tomar la misma decisión?
–Aquello lo hice tras serias llamadas de médicos que me trasladaban su alarma de la situación, pero, bueno, creo que tenemos que estar coordinados con las autoridades sanitarias para las decisiones que se tomen en el futuro. Aquella fue una decisión muy difícil para mí, actúe desde una convicción de responsabilidad, pero soy humano, lo he dicho, y me puedo equivocar también.
¿Habrá cambios en el reparto de los fondos COVID?
–La idea que se ha barajado esta semana de neutralizar en términos partidistas, con la creación de una agencia de la reconstrucción, el reparto de los fondos europeos, debería llevarse a cabo. La correcta inversión del apoyo financiero de Europa merece un planteamiento no sujeto a los vaivenes partidistas, sino con un criterio subjetivo y técnico. A España le falta que el pensamiento de largo plazo en las políticas no sea monopolizado por el Gobierno de turno.
–¿Qué opina del plan del ministro para el Estatuto del Personal Docente e Investigador?
–No es el momento adecuado, aunque sí es necesaria una reflexión sobre la carrera docente e investigadora en la universidad española que prepare con incentivos de excelencia el gran relevo generacional que está pendiente. Primero, el sesgo de la propuesta hacia el modelo catalán es muy evidente, por la propuesta de laborización, y luego hay un énfasis excesivo en el proceso de selección, que tampoco cambia tanto como se ha dicho. En realidad lo que necesitamos es una mayor motivación en toda la carrera y de eso no hay nada en el borrador.
–¿Pero hay endogamia?
–La tendencia de las universidades a captar personas que ya colaboran con los grupos de investigación es un hecho, probablemente porque el sistema no ha generado con su marco normativo una cultura de incentivos a la movilidad y eso no lo resuelve el proyecto del ministerio.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.