La rehabilitación de Chinchibarra II despega con la obra de los ascensores
La mejora de los bloques continuará con el aislamiento de las fachadas en las calles Riofrío y Cristanemos
La instalación de ascensores en dos comunidades de la calle Riofrío y otra de la calle Crisantemos ya ha comenzado, con el objetivo de mejorar la accesibilidad de los vecinos que aún carecen de este recurso.
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La actuación forma parte del proyecto de Rehabilitación y Regeneración Urbana «Entorno Residencial de Rehabilitación Programada (ERRP) de Chinchibarra Fase 2».
A diferencia de la primera fase, los trabajos han arrancado con la colocación de los ascensores para continuar después con el aislamiento de las fachadas. Este martes las labores se centraban en montar las estructuras metálicas que sostendrán la maquinaria, situadas frente a los portales de los bloques.
De forma paralela, los operarios abren grandes huecos en cada planta para habilitar los accesos al elevador e instalan rejas de seguridad. Una de las particularidades del proyecto es que los ascensores ocupan parte de la vía pública —único espacio disponible—, que posteriormente será recubierta, generando un nuevo portal de acceso en la planta baja.
Esta segunda fase de rehabilitación incluye 81 viviendas, con financiación de la Junta de Castilla y León y fondos europeos Next Generation, por un importe de 1.297.306 euros.
Actualmente, los cables eléctricos y de telecomunicaciones atraviesan las fachadas y quedan entre el muro y la estructura de los ascensores.
Una situación similar a la que sucedió en la primera fase de Chinchibarra, donde dos años y medio después los cables siguen colgando entre portales y escaleras, dejando entrar agua, frío «y hasta bichos», denuncia Isabel, vecina de la calle Crisantemos. El problema se repite en los bloques de Margaritas y Riofrío.
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En el último pleno municipal se informó de que las compañías de telecomunicaciones iniciarán la retirada de los cables en el plazo de un mes, tras reasignar las conexiones que todavía están en uso.
Por este motivo, el Ayuntamiento aún no ha actuado de forma subsidiaria para eliminar los riesgos y el impacto visual que generan.
Los trabajos de esta fase se prolongarán durante varios meses y supondrán una mejora significativa en la calidad de vida de los residentes, muchos de ellos personas mayores con movilidad reducida.
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El Consistorio confía en que las obras sirvan de impulso para extender la regeneración urbana a otras zonas del barrio que aún carecen de ascensores o aislamiento térmico.
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