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Rafael Muñoz de Bustillo, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad. ALMEIDA

Rafael Muñoz, catedrático de Economía Aplicada: “La política de gasto público es la única vía para salir de la actual crisis”

Domingo, 5 de julio 2020, 11:12

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El catedrático de Economía Aplicada, Rafael Muñoz de Bustillo, se muestra moderadamente optimista ante la salida de la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus. Estima que entre 2021 y 2022 se completará el repunte del PIB, aunque el empleo tarde más en recuperar las cifras previas al COVID. La inversión pública, los ERTE masivos que se han llevado a cabo, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y los fondos europeos son a su juicio elementos clave que propiciarán una salida rápida de la recesión.

–El gran peso del turismo perjudicará en la evolución del PIB de Salamanca este año, ¿la importancia de la agricultura y la ganadería logrará compensarlo?

–Desafortunadamente no. Aunque en Salamanca comparativamente la agricultura y la ganadería tienen mucho peso, no compensa la pérdida del turismo. La agricultura supone el 6,5% del empleo mientras que el turismo puede rondar el 13%, como la media nacional. Aunque el campo vaya bien este año, no sería suficiente. El único elemento diferencial y positivo es el turismo rural, que en Salamanca tiene importancia y que parece ser que tiene buenas expectativas, aunque su volumen aún es pequeño en comparación con el conjunto de la actividad económica.

–¿En qué medida se puede resentir el PIB si se decreta otro estado de alarma?

–Se puede utilizar la regla de tres. En el primer trimestre España registró una caída del 5,2% del PIB en España y el segundo se estima entre 15 y 20%. Eso quiere decir que el impacto ha sido del triple entre abril y junio, de lo que se deduce que el confinamiento triplicó la caída del PIB.

–Pobreza o contagio, ¿es tan sencilla la ecuación?

–No es tan sencillo. En una situación en la que no hay confinamiento pero sí contagio masivo al final acaba afectando a la actividad económica porque la gente refrenaría su vida social. Por estudios disponibles sobre comportamiento de la economía en situaciones de pandemia, como en casos de gripe o por las diferentes decisiones adoptadas en los estados de EEUU, las zonas donde la cuarentena ha sido más estricta se recuperaron más fácilmente. El impacto fue más intenso a corto plazo pero la recuperación posterior fue más fuerte. Se trata de no anticipar la desescalada, pero tampoco retrasar la vuelta a la normalidad. El problema es que no se dispone de información suficiente para conocer este punto. Sabemos cómo reacciona la economía, pero no la pandemia. Cuando se decretó el estado alarma muchos pensaron que la medida era exagerada y no justificada. Ahora incluso el presidente Pedro Sánchez reconoce que debió implantarse antes. Por otro lado, también hay que aclarar que el impacto económico no es igual para todos. Una parte importante de la población ha sufrido un impacto limitado porque ha tenido la capacidad de teletrabajar o de seguir yendo a su puestos al pertenecer a servicios esenciales. Pero en otros colectivos el impacto ha sido más intenso y directo, como pasó en la crisis de la gran recesión.

–España ha anotado la mayor caída del PIB en el primer trimestre, ¿qué previsiones tiene para el segundo periodo?

–El Banco de España prevé dos escenarios. Uno de recuperación temprana con una caída del 15% y otro de remontada gradual con un descenso del PIB del 21%. Determinará una u otra caída lo que ocurra en el segundo y tercer trimestre en el sector del turismo, que afecta a transporte, servicios y hostelería.

–Se habla de salir de la crisis en un año, ¿lo ve tan próximo?

–En la anterior crisis se salió en un año y se volvió a entrar en otra por las políticas económicas que se aplicaron. Quizás no hubo alternativas, pero la segunda recaída fue por la política económica de ajuste fiscal y austeridad. En este caso parece que ese no será el problema y todas estimaciones incluyen recuperación para el año que viene. Depende de la pandemia, aunque es verdad que se ha aprendido a gestionar clínicamente la enfermedad. La economía depende de si hay un rebrote y de cómo seamos capaces de gestionarlo.

–¿Para usted qué país ha sido ejemplo en la gestión económica de la crisis?

–Es difícil decirlo. Lo que sabemos es cuáles tendrán menores caídas del PIB o la previsión para este año es menor. Japón no llega 6% de caída y Alemania al 8%. Las bajadas serán superiores en el resto de la UE y en España aún más elevadas. Los países han jugado diferentes cartas y España las ha tenido cartas muy malas. El virus llegó pronto en brotes múltiples y extendidos. Además es un país envejecido, que es negativo, y las unidades familiares son grandes con jóvenes en casa familiar hasta edad avanzada. Somos gente muy afectuosa en nuestras relaciones. Somo muy fuertes en turismo y se cerraron las fronteras. Se une que España tenía menos capacidad de reacción fiscal vía gasto público para combatir la crisis porque está en peor situación en cuanto a déficit público y deuda.

–¿El radical programa de inversión y el lema “construir, construir y construir” de Boris Jhonson es acertado en la “nueva normalidad”?

–Recuerda al Plan E pero a lo bestia. La inversión publica es una herramienta importante para reactivar la economía. El único componente para compensar parcialmente la caída del PIB ha sido el gasto público. Lo que hay que hacer es buscar espacios que inversión publica que sirvan para reactivar la economía y para afrontar a la vez el reto de la transición ecológica. Este ámbito necesita inversión y tiene mucho que decir. Parte de los programas de recuperación comunitaria irán por esta vía y creo que es acertado.

–Expertos auguran que estaremos dos años mordiendo el polvo, ¿el efecto del coronavirus será más devastador que el de la crisis financiera?

–En la anterior crisis el PIB cayó 9 puntos pero en varios años, fue más duradera. Ahora el impacto será más fuerte y luego probablemente la recuperación será más intensa el próximo año y el siguiente. Las estimaciones de desempleo prevén que no se llegue al 20%, lo que es un aumento importante, pero durante la crisis financiera llegamos al 25%. Las previsiones apuntan a una recuperación para el 2022, aunque en empleo tardará algo más en volver a la normalidad. Esta vez contamos con medidas como los ERTEs aplicados de forma masiva que no hubo en la anterior crisis. Ahora disponemos de los fondos de reconstrucción europeos que no hubo antes, el Ingreso Mínimo Vital... Elementos que reducirán el impacto y favorecerán la recuperación.

–¿La política de gasto público es en este momento fundamental para la economía?

–Es la única, no hay otra.

–¿Qué ocurrirá el día siguiente de anunciar la fabricación de la primera vacuna?

–Subirá la bolsa, habrá euforia y empezará la carrera de ratas para conseguir las dosis necesarias para cada país. Espero que para entonces la Unión Europea tenga una estrategia común y actúe como un solo jugador en el tablero mundial para empezar a fabricarla. Supongo que habrá una euforia similar al acabar la Segunda Guerra Mundial, quizás también un "baby boom".

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