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Rafael Cascón, profesor e investigador de la Universidad Politécnica de Madrid.
Rafael Cascón, profesor e investigador salmantino: “Es terrible que los datos con los que han tomado decisiones estén mal desde el inicio”

Rafael Cascón, profesor e investigador salmantino: “Es terrible que los datos con los que han tomado decisiones estén mal desde el inicio”

El profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, crítico con los últimos cambios de criterio del Gobierno para contabilizar los fallecidos, ha participado en un estudio sobre el exceso de mortalidad en España que puede achacarse a la pandemia

M.D

Jueves, 28 de mayo 2020, 12:56

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El salmantino Rafael Cascón, profesor e investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid, ha realizado junto a los investigadores Francisco Santos y Miguel Berzal un estudio sobre el exceso de mortalidad provocado por la pandemia, así como un análisis de los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. El trabajo refleja que las estadísticas y estimaciones oficiales están por debajo de las posibles cifras reales. Además, su experiencia en materia estadística le permite asegurar a Rafael Cascón que el último cambio de criterio del Gobierno para contabilizar los fallecidos confunde aún más.

–¿A qué conclusión han llegado con su trabajo?

–A día de hoy, el sistema Momo registra un exceso de mortalidad de 31.000 fallecidos en España. En nuestro estudio, que tiene en cuenta que el registro de la ciudad de Barcelona estuvo dos meses sin facilitar información de fallecimientos, el retraso de otros registros al aportar los datos y que muchos no están informatizados y no pueden enviarla, nos saldrían 46.000 muertos. Hay que recordar que hablamos de 46.000 fallecidos de exceso sobre la media, no podemos decir que sean fallecidos COVID. No obstante, cuando existe una causa tan clara y concreta como la pandemia de estos últimos meses, y que no hay ninguna causa adicional, es razonable suponer que ese exceso está directamente relacionado con el COVID.

–¿La situación en Castilla y León cuál sería?

–Según el último informe del sistema MoMo, el exceso de fallecidos de Castilla y León entre el 18 de marzo y el 7 de mayo fue de 3.574 fallecidos considerando sólo los registros informatizados. El mismo sistema MoMO indica los registros civiles informatizados que reportan fueron un 67%. La cifra más verosímil de exceso de fallecidos sería de 3.574/0,67= 5.603 fallecidos entre el 18 de marzo y el 7 de mayo. Con todas las cautelas, porque solo reflejan exceso de mortalidad, no necesariamente fallecidos COVID, esos 5.603 sería una cifra bastante distinta de los contabilizados a día de hoy en Castilla y León de 1.986 fallecidos con diagnóstico.

“Las medidas deben tomarse en el momento preciso y tener una fotografía clara influye. No vale lo de que en el futuro ya se conocerán los fallecidos”

–¿Qué le parece el nuevo cambio estadístico del Gobierno para contabilizar los fallecidos?

–Podría tener su sentido si se hubiera aplicado desde el principio. Sin embargo, al hacerlo de manera tan brutal, parece realizada ex profeso para sacar el menor número posible de fallecidos. Solo puedo hacer una apreciación, pero reducir unos 2.000 fallecidos de un día para otro, aunque se haga un estudio individualizado, llama mucho la atención. No hay que perder la perspectiva final de todo esto. Las estimaciones de acuerdo a los datos de las comunidades y de los registros civiles dan una cifra de mortalidad relativa que superaría a cualquier país del mundo. Eso es muy serio.

–¿Se debería haber hecho al principio de la serie histórica?

–Puedo entender que si mantienes un criterio para analizar la pandemia, solo tomes como referencia los fallecidos en hospitales porque no hay autopsias ni puedes acceder a todos los datos. Es verdad que hay otros registros o cifras de las comunidades, pero se pueden analizar esos datos aparte. No obstante, si decides cambiar los criterios de golpe, o los actualizas desde el principio, o los sustituyes por otros datos como los de los tribunales de justicia, porque si no tiene poco sentido. Es terrible que el seguimiento y los datos con los que han tomado sus decisiones están mal desde el inicio. Eso es grave. Llama la atención que después de que Cataluña comunique que cuenta con 1.500 fallecidos más, el Gobierno reaccione reduciendo la cifra. Suena extraño y el cambio de criterio destroza todos los estudios a los investigadores.

“El sistema MoMo del Instituto Carlos III registra un exceso de mortalidad de 31.000 fallecidos en España. Según nuestros cálculos, la cifra más real serían 46.000”

–Habla de que para tomar buenas decisiones es necesario contar con buenos datos.

–Tener un conocimiento claro de los fallecidos reales facilita la toma de decisiones. Las medidas deben tomarse en el momento preciso y tener una fotografía clara de ese momento influye. No vale lo de que en el futuro ya se conocerán los fallecidos. Es necesario saber lo que está ocurriendo para poder estimar lo que puede ocurrir en el futuro y facilitar la toma de decisiones. España se está jugando mucho, no solo dinero, también vidas, con sectores como el turismo, por ejemplo. Todo lo que supone en ingresos para el país se dedica después a sanidad o educación. Por eso es importantísimo tener la fotografía fija y anterior y cambiarla desvirtúa por completo la toma de decisiones.

–¿Sabremos algún día el número real de fallecidos por la pandemia?

–Se podrá saber, pero será tarde. El Instituto Nacional de Estadística publicará los datos por causas de mortalidad y ahí aparecerá el exceso en enfermedades respiratorias. Pero eso llegará a finales de 2021. La cantidad de cosas que pueden haber ocurrido hasta entonces. Por eso es importante tener en cuenta las estimaciones que existen. Todos los estudios convergen hacia una cifra muy superior a la oficial. De hecho, el estudio epidemiológico en toda España evidencia que los contagiados son muchos más. En Europa hay países como Bélgica, el único que tiene una mortalidad relativa superior a España, que contabiliza a los sospechosos. En cambio, aquí sorprende lo sucedido con el registro de Barcelona, que ha estado dos meses sin dar información. Es increíble que esos datos de una ciudad tan importante queden fuera. Asusta pensar que pueda haber ocurrido en otras.

“Las estimaciones de acuerdo a los datos de las comunidades y de los registros dan una cifra de mortalidad relativa que superaría a cualquier país del mundo”

–¿Esos vaivenes en los datos restan credibilidad a España?

–Yo quiero pensar que no, pero todos estos cambios de criterios implican que, en un sector tan trascendental como el turismo, una ministra francesa dijera hace unos días que no recomendaba viajar a España. Hay cuestiones que internacionalmente nos pueden perjudicar y es una pena porque, o nos ayuda Europa, o esto puede ser terrorífico.

–¿Cómo podría mejorar la recogida de datos?

–Sería sencillo. Ni siquiera resultaría necesario informatizar todos los registros civiles, porque se les podría incluir haciendo una estimación. Y sería muy importante detectar rápidamente si un registro importante, como el de una capital de provincia, tiene problemas para emitir los datos.

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