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Viernes, 26 de febrero 2021, 20:51
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Un grupo de investigadores, entre ellos el salmantino Rafael Cascón, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, ha realizado una propuesta cuando menos llamativa para evitar los efectos de una posible cuarta ola de la pandemia. La idea consiste en retrasar los festivos laborales que hay en Semana Santa a dentro de tres semanas, con el objetivo de minimizar los riesgos en caso de que se produjera un rebrote.
La razón de aplazar esas tres semanas reside en dar tiempo suficiente a las administraciones para que vacunen a los mayores de 80 años, el grupo más vulnerable a la enfermedad. “Por el ritmo actual de llegada de vacunas, sería perfectamente posible que a finales de abril —Viernes Santo cae el 2 de abril— la mayoría hayan recibido las dos dosis y todos la primera, que ya ofrece suficiente protección”, explica Rafael Cascón.
Los investigadores hacen especial hincapié en tener suficiente protegidos al colectivo de los mayores de 80 años. Destacan que es a partir de esta franja de edad donde se concentra el 70% de las muertes por coronavirus, además de representar entre el 40% y el 50% de la ocupación de camas hospitalarias por la enfermedad. “Si se retrasan los festivos de la Semana Santa, en caso de que se produjera un rebrote, el número de fallecidos descendería cerca de ese 70% y se reducirían las posibilidades de entrar en un colapso hospitalario”, asegura.
Otra ventaja de la propuesta, asegura Rafael Cascón, es que los festivos y, por lo tanto, la movilidad de personas, tendría lugar en una época más cálida que a principios de abril. “De esta forma favoreces que las actividades que se realicen en el periodo vacacional tengan lugar más al aire libre, incluida la hostelería si se relajan las medidas, y se evitarían contagios en el interior”, asegura, además de destacar que los momentos de más contagios coinciden siempre con el invierno o el otoño en todos los países del mundo. “Tiene un comportamiento muy similar al de la gripe”, apunta.
El grupo de investigadores, formado por Francisco Santos, Miguel Berzal y Paula Villanueva, además de por Rafael Cascón, considera que otra gran ventaja del aplazamiento sería que permitiría observar lo ocurrido en otros países con vacunación más avanzada (Reino Unido, Israel), importante para establecer la estrategia de posible flexibilización de medidas en periodo vacacional. Rafael Cascón va más allá y apunta podría permitir alcanzar los festivos de Semana Santa con un mayor rango de libertades si, como es previsible, las condiciones lo permiten, un hecho que tendría un efecto muy positivo en sectores fundamentales como la hostelería y el turismo.
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