Los Playmobil montan su belén

Poner el belén es una de las tradiciones navideñas más extendidas. Sin embargo, no en todas las casas es igual. En el confinamiento, Ígor Andrés, un vecino del Alto del Rollo, comenzó a montar esta escena navideña a su manera: más de cien figuras de Playmobil componen su propio portal de belén casero. La pasión por estas figuras le ha llevado a realizar creaciones totalmente originales Navidad tras Navidad, durante cuatro años.

No obstante, esta afición por los Playmobil viene de su infancia. «Mi padre viajaba mucho. Tenía un autobús, siempre le pedía algo y me traía una caja de Playmobil», comentaba el cocinero. «Un día mi madre me los tiró a la basura por no recogerlos. Y ahí es cuando dije que cuando fuera mayor me compraría todos». Una promesa que va cumpliendo poco a poco.

Aunque siempre tuvo las figuras clásicas delbelén en este formato, desde 2020 ha ido implementando otros sets al montaje como una pizzería o un «foodtrack». En concreto, la escena de este año ocupa el doble de espacio que la anterior. «Cada año he ido añadiendo más cosas. Y el año que viene quiero hacerlo más grande», mencionaba Ígor, que tiene pensado sumar piezas de Lego y aumentar su composición.

Desde septiembre, Ígor comienza a pensar en la escena que quiere montar y las piezas que implementará. Todo desde su propia imaginación. «Voy recopilando y voy pensando en qué lo quiero enfocar ese año. En este caso es como un parque temático de Papá Noel. Voy acondicionando y viendo qué le pega. Este año me he comprado la casa de Papá Noel expresamente para el belén», explicó, aunque la mayoría de piezas son parte de su propia colección. Sin embargo, hay bastante dinero invertido en el total de las figuras de la composición.

Tras idear todo, el cocinero tarda aproximadamente tres semanas en montar este espectacular belén, venerado por muchos de sus allegados. «Por ahora no han venido mis amigos, vendrán más adelante. Pero se lo enseñé a mi vecino de ocho años y alucinó. Ayer se me presentó en casa con diez amigos. Me dijo su madre que se le había escapado porque lo quería enseñar», afirmó Ígor, que suele dejar su belén hasta finales de enero para que puedan disfrutarlo todos sus amigos e invitados. «La recogida me la tomo con más calma», sentenció.

A pesar de haber pensado en presentarse a algún concurso, el cocinero confiesa que la falta de tiempo le ha impedido participar en alguna competición relacionada con esta pasión. «Te tienes que apuntar y estar pendiente de ver cuándo sale. Yo por trabajo no he podido», expresó para LA GACETA.

Si bien el impresionante trabajo de Ígor no ha sido reconocido de manera oficial, sus creaciones se han convertido en una auténtica tradición navideña para él, de la que tan solo unos pocos privilegiados pueden disfrutar.

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