La playa portuguesa perfecta para hacer una escapada de fin de semana desde Salamanca

Cuando el termómetro llega a marcar temperaturas insoportables e ir a la piscina se ha convertido ya en algo demasiado monótono hasta el punto de no resultar suficiente darse un chapuzón en medio de tanta gente, son muchos los salmantinos que se preguntan si tienen la oportunidad de cambiar de aires en un sitio cercano a la provincia y, a ser posible, que tenga playa.

En medio de ese deseo de combatir el calor con un baño refrescante, aparece en escena el país vecino, Portugal, que facilita a los residentes en Salamanca opciones realmente interesantes y cargadas de belleza con parajes naturales dignos de presenciar. Una de las playas que más merecen la pena del país luso es la de Praia da Frente Azul, en la localidad de Espinho. De hecho, es una de las zonas de baño en las que siempre predomina la bandera azul. Según el blog de viajes 'Viaje con Pablo', está ubicada entre la Piscina Solario Atlántico y el límite con Vila Nova de Gaia, su ocupación suele ser baja y está salpicada por las coloridas y fotogénicas casetas de playa que tan populares son en la costa lusa.

Con sus impresionantes paisajes, aguas cristalinas y arenas doradas, todo aquel que va dice lo mismo de ella: su arena es muy fina, siempre está muy limpia y hay un gran respeto por el turista. La Playa de Espinho es idónea para llevar a cabo actividades deportivas acuáticas tan divertidas como el surf, el windsurf o el vóley playa, además de que ha albergado en diversas ocasiones iniciativas de carácter lúdico como las competiciones nacionales de bodyboard. Siempre es una buena opción para aquellos que buscan la mayor relajación posible y disfrutar del sol, además de degustar los mejores platos de la cocina portuguesa.

Pero, además de esta playa, Espinho es un pequeño pueblo portugués que merece la pena ser visitado por la cantidad de planes que se pueden hacer en él. Localidad de pescadores que, en las orillas de sus playas practican el arte xávega, cuenta con el Museo Municipal o pasarelas increíbles, ubicadas en el espacio natural de la Lagoa de Paramos, entre otros atractivos.

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