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Ya sea por el incremento de problemas de salud mental, por las enfermedades profesionales o por accidentes laborales, en el último año los beneficiarios de pensiones por incapacidad permanente se han incrementado a un ritmo superior al de los últimos años. Actualmente en la provincia de Salamanca la Seguridad Social está pagando una cifra récord de este tipo de prestaciones. Conforme a los datos de agosto, este mes ha abonado 5.357 nóminas por este motivo. Supone un aumento del 2,6 % respecto al mismo periodo del año pasado. Desde 2017 no se registra una subida superior. Tanto en los dos ejercicios anteriores al actual como en 2020 se produjeron descensos.
La pensión por incapacidad permanente «es una prestación económica que trata de cubrir la pérdida de ingresos que sufre un trabajador cuando por enfermedad o accidente ve reducida o anulada su capacidad laboral», según la propia definición del Ministerio de Inclusión, a cuyo frente se encuentra Elma Saiz. A abonar la nómina mensual de todos los salmantinos que se encuentran en esta situación, las arcas estatales destinaron este mes más de 5,8 millones de euros. Son casi 360.000 euros más que doce meses antes, un 6,5 %. El incremento del gasto no se produce solo por el aumento de los beneficiarios a lo largo del último año sino también por las subidas que se han producido en sus retribuciones. En cuanto al grado de incapacidad, solo un 3,6 % serían de gran invalidez —la que percibe quien necesita la ayuda de otra persona para su cuidado habitual—. Un 66 % serían incapacidades permanentes totales —compatible con un trabajo distinto al que se realizaba— y otro 30 % de tipo absoluto —la que inhabilita para trabajar—.
La cifra de las pensiones por incapacidad permanente ha aumentado en las dos últimas décadas un 35%, al pasar de menos de 4.000 beneficiarios a casi 5.400. No obstante, la factura se ha disparado en ese mismo periodo. Hoy la Seguridad Social paga un 134 % más en nóminas a los titulares de este tipo de prestación, concretamente 5,8 millones de euros frente a los 2,5 de enero de 2005, dato más antiguo incluido en la estadística que publica el Ministerio.
Son los beneficiarios de las pensiones de viudedad los que no dejan de disminuir año tras año. En la provincia de Salamanca reciben actualmente esta prestación 20.013 personas. Son un 0,9 % menos que en agosto del pasado año, pero no se trata de un descenso aislado. Solo en 2021 se produjo un aumento en el número de los salmantinos que cobran de la Seguridad Social por el fallecimiento de su cónyuge. Pero, salvo ese incremento que se vivió en los peores meses de la pandemia, Salamanca encadenaría ya ocho ejercicios de descenso de los beneficiarios de pensiones de viudedad. En la última década, la disminución ha sido superior al millar de personas, casi un 4,8 %. Sin embargo, el gasto público para abonar sus nóminas cada mes se ha elevado un 33,8 %. De los 12,7 millones de euros que la Seguridad Social destinaba cada mes a pagar a 21.016 salmantinos, se ha pasado a abonar más de 17 millones a 20.013 viudos. El incremento de los fondos se deriva de las actualizaciones de las retribuciones que se ha ido realizando año tras año. Hace una década la pensión media en casos de viudedad era de 606 euros, mientras que ahora se eleva a 852, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a cuyo frente se encuentra Elma Saiz.
En los últimos años no solo se ha producido un importante descenso de las pensiones de viudedad, sino también de las de orfandad. Pero en este caso, la disminución en el número de beneficiarios se inició en 2019, mientras que en los años anteriores la tendencia era de ascenso. Hoy son 2.558 los salmantinos que reciben una prestación económica de este tipo por parte del Estado. A abonar las nóminas que perciben cada mes, el Estado destina 1,4 millones de euros, más del doble del gasto que había hace quince años, cuando los beneficiarios no llegaban a los 2.300.
Pero tres de cada cuatro euros que el Ministerio destina en Salamanca al pago de las pensiones es para hacer frente a la nómina de los 53.432 jubilados de la provincia. Son concretamente 71 millones de euros los que la Seguridad Social ha destinado en agosto a pagar sus retribuciones. Los beneficiarios de este tipo de prestación han aumentado un 8,28 % en la última década —en 2014 eran 49.346— y la previsión es que, dadas las previsiones de que una gran parte de la población salmantina, los «niños del baby boom», se jubilen en los próximos años, esa cifra no deje de ascender. En cuanto a la nómina total que perciben ha aumentado un 60 % en los últimos diez años, en más de 26 millones.
La situación es muy similar a la del conjunto de España. En el país tres cuartas partes de la nómina de pensiones contributivas corresponden a pensiones de jubilación, como es habitual. En concreto, estas suponen el 73,1% de la nómina, 9.378,6 millones de euros. A pensiones de viudedad se han destinado 2.110,9 millones de euros, mientras que la nómina de las prestaciones por incapacidad permanente asciende a 1.133,2 millones; la de orfandad, a 171,8 millones de euros y la de las prestaciones en favor de familiares, a 34,3 millones. De los 10,2 millones de pensiones contributivas abonadas en España, 6,5 millones son de jubilación, 2,4 millones son de viudedad, y el resto corresponden a pensiones de incapacidad permanente (974.169), orfandad (341.987) y en favor de familiares (46.196). El número de pensiones crece a un ritmo interanual del 1,4%. En agosto, el número de pensionistas contabilizados en todo el país es de 9,2 millones. De ellos, 4,7 millones son hombres y 4,6 millones, mujeres.
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