Oleada de apoyos a la madre salmantina que perdió a su bebé de tres meses por bronquiolitis

Comenzaba el calvario del duelo. De los pocos recuerdos vividos pero intensos junto a su pequeño. “Sonreía a las enfermeras incluso dentro del Hospital cuando se puso tan malito”, reconoce. Nuria tiene dos hijos, ya adolescentes de su anterior pareja, y Miguel era el primero de su relación con Juan Miguel. En el parto le hicieron una ligadura de trompas, una opción de la que se arrepiente tras la sucesión de los acontecimientos. “Es una situación que ya no es reversible”, reconoce.

En el argot popular se conoce como bebés ‘arcoíris’ a aquellos que cubren el vacío que dejan los fallecidos, que sin sustituirlos, sea capaz de despertar las ilusiones y las esperanzas en los padres. Nuria y Juan Miguel decidieron que querían ser padres de nuevo, pero se encontraron con la dificultad de que la Seguridad Social no permite hacerse el tratamiento de fecundación “in vitro” si antes se ha producido una ligadura de trompas. “Hay profesionales que dicen que hay que esperar al duelo, mientras con otros psicólogos con los que hemos hablado nos dicen que sea cuanto antes”, relata Nuria que se ha apoyado en casos similares al suyo para tomar esa decisión. “Yo tengo 38 años. ¿Cuánto tiempo dura el duelo? ¿Cuánto es conveniente esperar cinco años? Nadie te da una respuesta”, reconoce. Durante este tiempo han recibido apoyo psicológico e incluso han acudido a la Facultad de Psicología para asesorarse.

Sin embargo, la clínica privada supone una barrera económica para una familia que perdió también gran parte de sus ahorros en el funeral de su hijo fallecido. “Nosotros no teníamos evidentemente un seguro de decesos para Miguel y tuvimos que pagar más de 5.000 euros”, asume.

Nuria acaba de recoger de la joyería la pulsera que mandó a arreglar con el nombre de su hijo. No esperaba la llamada. Aclara que su futuro hijo “nunca sustituirá a Miguel”. “Tengo un vacío y un proyecto de vida que ha quedado paralizado. Pero, en ningún caso va a sustituir a mi bebé perdido”.

Durante el embarazo de Miguel, Nuria entró en un grupo de WhatsApp junto a otras futuras madres para poner inquietudes en común. Miguel fue el primero en nacer y por tanto el más querido entre aquellas mujeres de todos los puntos del país. Todos le querían. Tras el fallecimiento y apoyarse en sus amigas, Nuria se sorprendió al ver como habían iniciado una campaña de crownfunding (micromecenazgo) a través de las redes sociales en el que los apoyos ya no solo llegaban desde los círculos de amigos sino que se habían empezado a multiplicar por todos los puntos de España. “La respuesta está siendo increíble porque están llegando apoyos económicos hasta desde Argentina”, reconoce. “Tengo que luchar por mi sueño, por mi vida y ahora más que nunca deseo volver a ser mamá y que Miguel desde el cielo me espere. Algún día volveré contigo mi bebé precioso, pero mientras cuídaré de tus hermanos, y del pequeño que le vas a regalar la vida”, señala a través de las redes para agradecer tanto apoyo.

La iniciativa ha saltado de las redes sociales a establecimientos comerciales de Villares de la Reina, Peñasolana, y de la capital que han decidido sumarse a la campaña poniendo huchas en los comercios y establecimientos dedicados al ocio infantil. Lo están haciendo locales de muchos puntos de la provincia y han empezado la distribución de pulseras solidarias también para apoyar el sueño de esta familia.

Por el momento, los apoyos recibidos ya le hacen sumar 3.000 euros, una cantidad importante fruto de aquella iniciativa puesta en marcha por sus amigos y que ya ha puesto en contacto el caso de Nuria a través de todos los puntos de España. El coste total ronda los 6.000 euros.

Cuenta una leyenda japonesa que aquellos que están unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse... pero nunca romperse. El hilo de Nuria y Miguel será eterno. Pero no será el último.