El Mercadillo de los Pobres, fiel a su cita con la solidaridad

Tras casi tres décadas, el comedor social de la ciudad vuelve a ponerse al frente de una iniciativa destinada a brindar ayuda y alimento a los más necesitados. El Mercadillo Solidario de la calle Toro se ha convertido en un evento muy señalado en el calendario salmantino, como símbolo de su compromiso hacia los demás.

Su propósito es claro, recaudar fondos para el Comedor de los Pobres, organizador del evento, a través de la venta de donaciones de personas y empresas de la localidad.

Desde el viernes y hasta hoy, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 22.00 horas, este espacio permanecerá abierto para todo aquel que se quiera acercar a colaborar. Se encuentra junto a la Residencia Amor de Dios, institución que concede el espacio al comedor de los pobres cada año. Esto establece una conexión entre dos entidades católicas y creyentes unidas para atender a quienes más lo necesitan.

Una veintena son los voluntarios que se encuentran en el mercadillo trabajando para sacarlo adelante. Algunos de ellos llevan años participando, como es el caso de Mari Carmen, que se unió a través de «La Misión», donde colaboraba como profesora para niños sin recursos mediante clases de apoyo. También es posible contactar con la asociación para contribuir de múltiples formas, a través de las redes sociales, que se encuentran activas a lo largo de todo el año. La diversidad de productos es amplia, desde belenes hasta ropa, cubertería e incluso productos ibéricos típicos de la zona. El dinero recaudado con cada uno de estos productos se destina expresamente a esta causa.

Este mercadillo no es la única actividad que «La Misión» ofrece cada navidad para colaborar con todas estas personas. El día de Nochebuena, como cada año, el comedor social realiza una cena especial en la que se reúnen todos los beneficiarios con la presencia especial del obispo. En ella se reparte además un lote con productos navideños para que todas estas personas puedan disfrutar de estas fiestas. Por otra parte, el día de Reyes, los niños reciben juguetes, también producto de donaciones, y a su vez, las familias reciben el dulce típico de esta festividad, el roscón de reyes, que logra trasladar un ápice de alegría a sus hogares.

Los organizadores lanzan un mensaje mediante el lema de esta misión, «Súmate», una frase simple pero con un gran significado, pues se trata de una llamada para todos aquellos que busquen contribuir. «Toda ayuda es necesaria, por mínima que parezca, cada gesto y cada donación son necesarios para esta causa», explican desde la organización del rastrillo.

• Temas
• Solidaridad