Los que mejor duermen de Salamanca
Estudio pionero de la Universidad para identificar los patrones del sueño de los adultos. La investigación revela que el bienestar emocional influye más que la dieta o el ejercicio
Los años pueden traer más que experiencia: también un sueño más reparador. Así lo demuestra un estudio coordinado por la Universidad de Salamanca, en colaboración con el IBSAL y el Complejo Asistencial Universitario, que ha analizado cómo duermen los adultos. La investigación concluye que los mayores de 65 años, especialmente los hombres con buena salud emocional y estudios superiores, presentan la mejor calidad de sueño, aunque duerman menos horas.
El trabajo, publicado en la prestigiosa revista científica BMJ Open, examinó a 500 personas de entre 25 y 65 años de Salamanca y Ávila. Se trata de uno de los primeros estudios en España que combina mediciones objetivas —a través de pulseras de actividad— con cuestionarios sobre la percepción del descanso. Su objetivo: identificar patrones y perfiles de sueño diferenciados por edad, sexo y factores psicosociales.
Los resultados fueron claros. Entre los hombres, los mayores de 65 años con menor carga de ansiedad y depresión mostraron la mayor eficiencia del sueño, a pesar de dormir menos tiempo total. En las mujeres, esa mejor calidad se observó en torno a los 55 años, cuando los niveles emocionales son más estables. En cambio, los perfiles más jóvenes, con mayor estrés o síntomas de depresión, reflejaron un sueño más fragmentado y de peor calidad.
«El bienestar emocional influye más en cómo dormimos que otros hábitos como la dieta o el ejercicio», explica el profesor José Ignacio Recio Rodríguez, del Departamento de Enfermería y Fisioterapia y director del estudio. No obstante, los investigadores también observaron que seguir una dieta mediterránea y mantener un consumo moderado de alcohol se asocia con un mejor descanso.
El equipo científico destaca que estos hallazgos refuerzan la necesidad de adaptar las estrategias de salud pública a los distintos perfiles de población. «Comprender quién duerme mejor y por qué nos ayuda a diseñar intervenciones más personalizadas y eficaces», añade Recio Rodríguez. La investigación está financiada por la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León y la propia Universidad de Salamanca.