Los medidores de CO2 llegan a los edificios de la Universidad de Salamanca

Los medidores de dióxido de carbono sirven para controlar que la calidad del aire es la indicada. Una concentración menor de 800 partes por un millón (ppm) se considera adecuada, aunque lo ideal es que roce las 500 ppm, y en caso de que supere las 800, la alerta del dispositivo salta y es momento de abrir ventanas y ventilar la habitación.

En una primera remesa, la Universidad distribuyó 25 medidores y ayer envió los 56 restantes. La Facultad de Enfermería y Fisioterapia ha sido una de las primeras en tenerlos. Según explica el decano, Fausto Barbero, los conserjes hacen las mediciones periódicas. “Se hacen mediciones con las aula vacías, luego con ellas en uso y al final del periodo de utilización”, explica y señala que si los aparatos se prueban con una ventilación adecuada, no hace falta repetir la medición todo el tiempo. “Hacemos las mediciones oportunas en las aulas que se utilizan tanto para la docencia como para el trabajo que se desarrolla en el centro, como la secretaría, la consejería y la biblioteca. El aparato se va pasando por las aulas y en lo que consiste es en intentar que los mecanismos que tenemos de ventilación natural o mecánica, de acuerdo a las cuotas de utilización de aforos, indiquen que los niveles de calidad del aire son adecuados y, por lo tanto, la ventilación sea la necesaria y sean así espacios sean seguros. No miden realmente el virus, solo nos dice la calidad de aire, la concentración de CO2, cuando sobrepasa ciertos límites, nos dice que ese espacio no tiene la ventilación adecuada, así que tenemos que hacer una mayor ventilación. Es una medida más de seguridad”, añade.

Esta facultad también ha adquirido purificadores de aire que utiliza de forma combinada con ventilación natural.