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Una turista fotografía la imagen donde se encuentra el diablo sin la pezuña. LAYA
Los daños del turismo incívico en la Catedral de Salamanca

Los daños del turismo incívico en la Catedral de Salamanca

La Puerta de Ramos de la Catedral cuenta con decenas de daños fruto de la acción del turismo incívico. La Catedral ya se plantea medidas para evitar estos actos que dañan la piedra de Villamayor

Domingo, 3 de julio 2022, 19:43

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Los daños en la parte inferior de la Puerta de Ramos en los relieves va a más. Si es cierto que la amputación del astronauta en 2010 centró todas las miradas en la restauración realizada por el cantero Miguel Romero en 1992, el resto de imágenes con daños han quedado eclipsadas por el homenaje que el salmantino quiso hacer a Pedro Duque. Aquella acción incívica fue corregida por el mismo autor, pero otras muchas siguen sufriendo los efectos del manoseo de los turistas que provocan desprendimientos de las hojas de acanto o la última pérdida de la pezuña del diablo comiéndose un helado, otra de las singulares piezas incorporadas en la intervención.

No es la única

Las acciones han cambiado completamente la fisonomía de las imágenes. La más evidente es la liebre situada junto en la parte inferior de la Puerta de Ramos de la Catedral Nueva. Entre los turistas ha corrido la peligrosa tradición de tocar la piedra hasta haberla convertido en un elemento que está completamente negro. Entre otras pérdidas se encuentran los cuernos del toro o el lince ibérico que, según denunció Romero, sufrió “hasta botellazos” que hicieron que perdiera la nariz.

Desde la Catedral envían un mensaje de concienciación a los turistas para que respeten los relieves como “un patrimonio de todos”. “Es algo obvio, pero parece que es un mensaje que no cala. Igual que a nadie se le ocurre darle una patada a un banco y romper el mobiliario urbano, a nadie se le debería pasar por la cabeza hacer daño a los relieves”, explica el historiador de arte de la Catedral, Raúl Benito. A pesar de que se está reforzando la comunicación y la vigilancia para evitar estas acciones, el Cabildo está estudiando las posibles vías con las que poder evitar que los turistas se acerquen a tocar al astronauta o froten la liebre con el objetivo obtuso de que esa acción les hará regresar a Salamanca. En la misma línea, los responsables de la Catedral también están barajando acometer una intervención en las piezas más dañadas, pero siempre que esta fuera acompañada de una acción preventiva para garantizar que la intervención fuese duradera.

Junto a las imágenes más representativas dañadas —toro, liebre, lince ibérico, cangrejos o escarabajo—, el ornamento decorativo de hojas de acanto, sobre todo el de la zona más inferior, también se encuentra muy afectada. Aunque han ido retirándose incluso en algunos momentos la fachada sufrió el efecto de las firmas de rotuladores con alcohol, una acción que no solo daña el monumento, sino que a la hora de aplicarlas se debe aplicar el producto adecuado para tratar de no dañar la piedra de Villamayor. Teniendo en cuenta el poco tiempo que las imágenes llevan instaladas —30 años— es poco probable que la acción meteorológica haya repercutido sobre el efecto de estas pérdidas.

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