Un Libro de agradecimientos que impulsa el alma del cuidado en CleceVitam San Antonio
El centro estrenará en breve una sala sensorial, ampliando así sus servicios
Domingo, 18 de mayo 2025, 05:00
La residencia CleceVitam San Antonio, en Salamanca, convierte el reconocimiento de residentes y familias en motor diario de trabajo. El equipo trabaja cada día con vocación y cercanía para ofrecer una atención personalizada basada en la dignidad, la empatía y el bienestar integral.
Cuidar de quienes cuidaron. Ser las manos de quienes un día nos enseñaron a caminar. En la residencia CleceVitam San Antonio, este lema se vive cada día con emoción y profesionalidad. Un ejemplo claro es el Libro de agradecimientos que permanece visible en recepción, donde familiares y residentes dejan mensajes que se han convertido en una auténtica inyección de motivación para todo el equipo.
«Siempre terminamos nuestras reuniones leyendo alguno de estos mensajes. Son el impulso que necesitamos para seguir avanzando hacia la excelencia», explica Estíbaliz de Frías, directora del centro.
Con 80 residentes y una plantilla estable de 50 trabajadores, San Antonio se ha consolidado como un segundo hogar. El equipo aplica el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona (AICP), adaptando la asistencia a la historia de vida, valores y preferencias de cada residente. «Todo está pensado para que las personas se sientan escuchadas, comprendidas y respetadas», subraya la directora. «Queremos que tengan voz en cómo quieren vivir esta etapa de su vida».
Además, el agradecimiento de las familias es un motor constante. «No hay mayor motivación que saber que nuestro trabajo marca una diferencia tan positiva en la vida de muchas personas», añade.
Mejorando los servicios
Ángela García, terapeuta ocupacional del centro, destaca el papel clave de su disciplina en la promoción del envejecimiento activo. «Mi objetivo es que mantengan sus capacidades el mayor tiempo posible, adaptando cada rutina a su realidad», cuenta.
Su trabajo abarca desde terapias individuales hasta actividades grupales como cinefórum, talleres de cocina o estimulación cognitiva. También coordina el uso de tecnologías innovadoras como 'Nuka', la foca-robot con inteligencia artificial pensada para personas con deterioro cognitivo grave.
«En breve pondremos en marcha una sala multisensorial Snoezelen, diseñada para estimular los sentidos y mejorar la calidad de vida de residentes con deterioro cognitivo severo. Será un espacio interactivo que enriquecerá mucho nuestro día a día», explica Ángela.
Respecto a la importancia del Libro de agradecimientos, Angela afirma que: «Cuando leo una nota de agradecimiento después de una sesión difícil, me reafirma: estamos en el camino correcto».
La importancia de la salud mental
Lucía Rodríguez, psicóloga del centro, se encarga del acompañamiento emocional. «Mi trabajo es observar, prevenir y cuidar la salud mental de los residentes, desde una visión integral del bienestar», afirma.
«Cada persona vive el envejecimiento a su manera. Algunas necesitan hablar, otras sentirse escuchadas. También trabajamos mucho con las familias para que comprendan y acompañen con empatía», añade. «Y cuando una familia deja una carta agradeciendo cómo gestionamos un momento difícil, sentimos que todo el esfuerzo ha valido la pena».
Acompañar en el día a día
Khadra Matallah y Andrea Bolívar, enfermeras del centro, velan por la salud física de los residentes, con especial atención a la prevención de úlceras y heridas. «Nuestro trabajo combina técnica y humanidad. Tocamos, miramos, hablamos. No solo curamos, también acompañamos», asegura Khadra.
Khadra destaca el papel del reconocimiento en su trabajo: «Una palabra amable o una reseña positiva en el Libro de agradecimientos puede cambiarte el día. Te recuerda por qué haces esto y para quién lo haces».
En definitiva, la enfermería en el centro representa el equilibrio entre competencia técnica y calidez humana: cuidar el cuerpo, pero también el corazón.