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Recogida de alimentos en la Asociación de Emergencia Social Cajas Solidarias. ALMEIDA
Las colas del hambre en Salamanca se hacen más largas

Las colas del hambre en Salamanca se hacen más largas

La crisis post-pandemia ha derivado en un incremento de familias sin recursos | “Necesitamos vivir de algo y comer para sobrevivir”, asegura una de las afectadas

Viernes, 30 de diciembre 2022, 18:45

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Decía Eduardo Galeano que mucha gente pequeña, en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo y observando la situación que se ha vivido en los últimos meses en distintos rincones del mundo tras el duro revés que ha pegado la pandemia, esta frase ha cobrado todo el sentido. Cada año, se repite la misma historia, pero la huella que ha dejado el coronavirus parece ser imborrable en ámbitos como el de la economía, en el que miles de familias han pasado de ser pudientes y poder sobrevivir sin ningún tipo de problema a tener que hacerlo con la soga al cuello.

La delegación local de la Asociación de Emergencia Social Cajas Solidarias trabaja a contrarreloj cada día, pero, con más énfasis durante estas fechas tan señaladas, para que toda la gente necesitada de la ciudad no carezca de recursos tan básicos como la alimentación. Los lotes de comida son inferiores a las colas que pueden crearse en un día normal en la avenida de los Agustinos Recoletos cada vez que la entidad muestra su cara más solidaria ante el problema de la escasez.

Entre tanto gentío, están aquellas personas que se han visto obligadas a pegar un giro de 180º en sus vidas, dejando relegadas a sus familias a un segundo plano y en la distancia con tal de sobrevivir. Varios ciudadanos de distintos puntos de la geografía internacional acuden a la misma, entre las que se encuentran Cati Benavides e Inés, que, desde hace tres meses, madrugan cada día en busca de que alguien les tienda la mano en una situación de emergencia.

“Antes, trabajaba en el sector de la hostelería, pero llegó la COVID y puso todo patas arriba. Me fui al paro, me quedé sin recursos y esta es la única solución que he encontrado para hacer frente a mis adversidades”, asegura Cati, que recalca, junto a Inés, que la gente de Salamanca es “bastante solidaria”, a excepción de aquellos que, desgraciadamente, no saben ver la realidad y empatizar con ella.

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