Lamento por un Mercado Central sin aparcamiento ni autobús: «No nos hacen caso»

Los comerciantes piden al Ayuntamiento que los buses vuelvan a las inmediaciones. «No entiendo por qué no pueden pasar si son ecológicos», reprocha la presidenta de la agrupación de vendedores

Los comerciantes del Mercado Central de Salamanca se quejan de que la retirada de los autobuses de la zona ha sentenciado las ventas, tras años de caídas por la limitación del aparcamiento y de acceso en vehículos particulares hasta las inmediaciones.

Las caídas rondan entre el 20% y el 50% de la facturación, según reconocen algunos afectados. Un descenso de caja que llega por dos vías: bajada de clientes y compras menos generosas al efectuarlas por teléfono y no caer en tentaciones de última hora.

«El mercado se muere de mala manera, algunos aguantan abiertos a la espera de que les llegue la edad de jubilación o a ver si traspasan el puesto», explican. Los aparcamientos públicos de los alrededores habitualmente están llenos y los clientes ya no se arriesgan a acceder y aparcar en las inmediaciones del Mercado paraevitar la multa de 200 euros. «Te ponen una y ya no vuelves», sentencian los empresarios.

La presidenta de la infraestructura de venta de productos frescos, Mercedes Turrión, reconoce que los comerciantes están «desilusionados y agobiados» por la situación. «Ya tenemos que cargar con la competencia, con la crisis y todo son trabas, que se añada esto lógicamente es un problema», insiste.

Subraya que perder un cliente cuando tienes muchos, no supone nada, pero cuando el público es escaso, «es un mundo».

Turrión lamenta que como asociación de comerciantes «no pueden hacer nada» y que ya han hecho propuestas al Ayuntamiento de Salamanca, «pero no nos hacen caso».

«Nos niegan todo. Proponemos que los clientes puedan aparcar 20 minutos, que coloquen un dispensador de tíckets para que puedan aparcar mientras hacen la compra, pero nada», relata la presidenta.

La agrupación ya ha puesto en marcha iniciativas para facilitar el acceso de los compradores, como promociones de estancia gratuita en el parking de Santa Eulalia presentando los tíckets de compra. «Lo podemos hacer de forma puntual y resulta muy positivo, pero no indefinidamente por el coste que implica». La solución: que puedan circular los autobuses hasta primera hora de la tarde, cuando cierra el Mercado. «No entiendo por qué no pueden pasar, si son ecológicos», insiste Turrión.

Mientras tanto los comerciantes del Mercado acercan la compra a los clientes con más problemas de movilidad hasta laparada del autobús de la plaza de San Julián, se la llevan al aparcamiento o incluso a casa, pero no es suficiente.

«Es horrible. Es una vergüenza tener un mercado de estas características y aislarlo de esta manera. A la gente se le complica mucho venir porque la parada más cercana está en Gran Vía y no se puede aparcar cerca. Al final la gente elige la comodidad y prefiere ir a otro lugar, aunque saben que aquí la calidad es mejor. Es absurdo. Es darle todas las facilidades a la competencia y ninguna a nosotros», se queja Susana Sánchez, una mujer que tiene un puesto de frutas y verduras en el lugar.

Un problema que se traduce en pérdidas de clientes, principalmente, aquellos de mayor edad. «La Gran Vía no está lejos, pero hay un buen tramo que si tienes que cargar varios kilos es complicado. Sobre todo para las personas mayores que están muy fidelizadas al mercado y les gusta venir, pero que no pueden caminar ese trayecto con peso. La gente aquí se viene a cargar, no es una tienda de ropa que llevas una bolsa que no pesa. Aquí llevas carne, llevas fruta y necesitas un medio de transporte. Al final la gente se va para otro lado y nosotros perdemos clientes», critican José y Natalia, otros dos comerciantes.

Una situación ante las que algunas han optado por nuevas estrategias. «La gente sigue viniendo al Mercado porque le gusta. Hay algunas personas mayores que les cuesta un poco más venir y les acercamos la compra a casa», explica el carniceroCarlos Macías.

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