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La vuelta a la vida del Rastro de Salamanca

Tras el paso de ‘Filomena’ y las lluvias, el público regresa al mercadillo dominical

Domingo, 28 de febrero 2021, 21:47

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El Rastro sigue acumulando pérdidas tras unas semanas en las que el mal tiempo ha sido el protagonista. Esto, junto a la pandemia ha provocado una caída de las ventas del 75%, según calculan los vendedores ambulantes. “El domingo pasado tuvimos que marcharnos por la lluvia y el viento. Hoy hay gente porque hace buen tiempo. Vienen como el que va a pasear por el parque. Miran un poco, pero muy poca gente compra”, explica Ramón.

Una de las novedades en esta tercera vuelta ha sido la apertura de dos puertas más, situadas en los extremos del aparcamiento. El objetivo principal es conseguir que “la gente no se acumule en las entradas y salidas”, según explican Isaac y Alfonso, voluntarios de la Asociacion de Vendedores Ambulantes y encargados de vigilar que se cumplan todas las medidas de seguridad. Aunque aseguran que “todas ellas se cumplen” gracias al buen hacer de los vendedores y de los clientes. Las nuevas entradas también han sido un respiro para Álex que, situado en el puesto 175, admite que “antes solo con la puerta de abajo la gente no llegaba hasta aquí. Ahora se nota algo más en las ventas. Aún así, poca gente compra”.

La caída en el número de visitantes ya no se puede achacar a la restricción del aforo, que ha dejado de limitarse. El Covid tampoco parece, por tanto, el único responsable. “El problema no es el virus, porque si no, no habría ni un alma y aquí hay mucha gente, ya lo ves. Esto lleva mucho tiempo muerto”, lamenta Ruth, otra vendedora. No obstante, lo que sí se mantiene es la ausencia de varios puestos ambulantes “por miedo a contagiarse”. Una opinión que no comparten la mayoría de consumidores habituales, que aseguran que se guarda la distancia de seguridad entre cada puesto y que la ubicación del mercadillo al aire libre es un punto a favor. En su caso, lo tienen claro: “Aquí estamos muy bien. Tenemos nuestros puestos fijos y ellos nos dan confianza para seguir viniendo”, admite un matrimonio habitual en el Rastro.

La espera de mejoras en las ventas se hace larga para unos vendedores que llevan meses luchando por mantener sus negocios. No obstante, confían en que lo harán y saldrán adelante, aunque cueste mucho tiempo y esfuerzo. “Yo solía vender también en Galicia y ahora con las limitaciones de movilidad no puedo. Aún así pienso seguir luchando.”, dice con esperanza ‘Braulio el de los calcetines’.

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