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Ana Belén Silguero, psicóloga.
La segunda ola aumenta el número de pacientes que van al psicólogo: “Está generando obsesiones como parejas que evitan el contacto”

La segunda ola aumenta el número de pacientes que van al psicólogo: “Está generando obsesiones como parejas que evitan el contacto”

Los expertos señalan que los niños llevan la pandemia mejor que los adultos

M.D

Miércoles, 28 de octubre 2020, 23:03

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La pandemia ha tenido multitud de consecuencias. Sanitarias, económicas y un cambio en la rutina diaria y de relación con los demás jamás imaginada. Efectos que la segunda ola ha vuelto a agudizar y que está afectando al estado psicológico de los salmantinos, según explica Ana Belén Silguero, vocal por Salamanca del colegio de Psicólogos de Castilla y León.

–¿Cómo está impactando la segunda ola del virus a los salmantinos?

–Hay un aumento de consultas, debido probablemente a que la situación se prolonga en el tiempo. La evolución ha sido por fases. Al principio de la primera ola, la gente se asustó. Con el confinamiento, aunque hubo gente que lo llevó mal, también hubo personas que se sentían seguras al quedarse en casa. La sintomatología realmente aumentó cuando se produjo el desconfinamiento y se volvió a una vida desconocida hasta ahora. Estar pendiente de una mascarilla, de la limpieza, de las distancias sociales...

–¿Qué tipo de paciente estáis recibiendo?

–Son personas que presentaban patologías previas que ahora se están agravando. Presentan una sintomatología ansiosa, un aumento del estrés, de la apatía y de la frustración frente a algo que se alarga en el tiempo y que le impide hacer una vida normal. No puedes ver a los tuyos, hay pérdidas económicas, de familiares... La pandemia nos ha cambiado la vida. Hay gente que tiene una mayor capacidad de adaptación y se centra en el presente. Otras, en cambio, piensan en lo malo que va a venir.

–¿La pandemia está poniendo a prueba a las familias?

–La primera ola todo lo paro. La gente lo que quería era protegerse. Cuando han empezado a volver la rutina ha sido el momento en el que se han evaluado. La verdad es que a muchas familias les ha unido, pero en otras han brotado más fuertes los problemas de pareja que pudiera haber con anterioridad.

–¿Qué clase de problemas han surgido en los hogares?

–En los casos en los que hay violencia de género, han empeorado. Hay otras relaciones que también han quedado muy dañadas, a las que esa convivencia de tres meses les ha hecho mella.

–¿Qué afecta más, la crisis sanitaria o la económica?

–La salud. El caer enfermos o que algún familiar enferme o fallezca. También hemos visto casos de duelo de personas que han tenido que despedir a un familiar sin poderle ver o darle un abrazo. No obstante, hay personas que están sufriendo mucho económicamente, y eso se nota en el ánimo y en las relaciones con los demás.

–¿Qué obsesiones ha desencadenado el coronavirus?

–La obsesión por la limpieza ha aumentado exponencialmente. Hay personas que siguen un ritual que roza lo patológico. Y también hemos notado un aumento de la evitación social, incluso dentro de las parejas, de no besarse o abrazarse, incluso aunque estén viviendo juntos. En el confinamiento no se evitaba el contacto afectivo, pero cuando cada uno ha empezado a salir y se ha relacionado con más personas, hay más temor a contagiarse y contagiar a la familia. Llevarlo a un extremo es un problema. Una cosa es proteger a los nuestros y otra tener unas prácticas desorbitadas.

–¿Y cuáles están siendo los síntomas más frecuentes en esas personas a las que más les está afectando la pandemia?

–Hay muchas que presentan alteraciones del sueño y muchas ideas y pensamientos catastróficos. Por eso trabajamos con ellos cómo recuperar rutinas de sueño, realizar ejercicios y equilibrar la parte emocional y la parte de pensamientos. Hay que trabajar poco a poco los miedos, angustias y tristeza.

–¿Ha habido patologías que han empeorado el efecto de lo sucedido en los últimos meses?

–Para las personas que tenían cualquier trastorno de ansiedad, un TOC o un trastorno depresivo del ánimo, les ha afectado mucho. También a las que tenían adicciones, como el alcoholismo, ya que el encierro ha fomentado que recurriesen más a ello.

–¿Y cómo afecta a los niños?

–Están más irritables. No obstante, los niños tienen una capacidad adaptativa impresionante. Esta situación la están llevando mejor que los adultos. Quizá noten más la falta de movilidad y de actividades extraescolares como la deportiva, pero en general se han adaptado muy bien.

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