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Sábado, 14 de mayo 2022, 14:51
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Raquel Orejudo (Salamanca, 1970) presenta el próximo 20 de mayo en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo “Las esperanzas” (Círculo Rojo), su primera novela. En ella cuenta la historia de Laura, una mujer que se muda a Madrid al terminar la universidad para empezar a trabajar. Allí, comienza una nueva vida con Víctor. El paso del tiempo, la relación con las personas que la rodean y los acontecimientos a los que se enfrenta le van haciendo cambiar su forma de ver la vida hasta descubrir quién es y qué quiere en realidad. La autora de “Las esperanzas” es licenciada en Ciencias Físicas y en Filosofía. Su vida profesional ha estado siempre ligada al mundo del marketing y la comunicación en distintas especialidades.
–“Las esperanzas” recorre una vida cotidiana.
–Es una historia normal. A través de Laura se habla de las relaciones entre las personas y de la relación con uno mismo. Hay una voz interior, la de Laura, con lo que ella va pensando y se va diciendo a sí misma, cómo se enfrenta a todas las cosas que le van sucediendo... Y lo importante son las relaciones que tiene con las personas que le rodean y cómo esas personas la empujan a tomar decisiones y a enfrentarse a sus miedos. Muchos lectores me dicen que les está encantando que “Las esperanzas” sea una historia muy sencilla y muy cotidiana, pero no quieren perderse nada de lo que le sucede a Laura. Yo quería emocionar y que el lector se sintiera identificado con la protagonista.
–¿Hay algo de Raquel Orejudo en Laura?
–Hay muchísimo de Raquel en Laura, pero no es mi historia. Cuando me he puesto a escribir, en Laura hay muchas cosas mías que he elegido yo y otras que están implícitas sin que me diera cuenta. Es algo inherente a cualquier escritor. Cuando escribes, te desnudas. Y eres consciente de ello.
–Había escrito relatos y cuentos, ¿cómo llegó el impulso de escribir la novela?
–Tenía la historia en la cabeza desde hacía mucho tiempo. Y un día me senté delante del ordenador. Desde ese día hasta que acabé la novela, no dejé de escribir. Fue un reto. Yo me decía: ¿Seré capaz de escribir una novela que a mí me guste?
–¿Los personajes impulsaban la escritura de la novela?
–Tenía clarísimo el personaje de Laura. Era el centro de la narración. También tenía clara la relación con su padre y su familia, que iban a ser esenciales. Y luego construí una serie de personajes para contar la historia.
–¿Habrá una segunda novela?
–Estoy escribiendo una segunda novela que no tiene nada que ver con “Las esperanzas”. Y otra cosa que es muy curiosa es que muchísima gente que ha leído “Las esperanzas” me dice que, por favor, escriba la segunda parte o una continuación, cosa que no me había planteado pero que tampoco descarto.
–Es licenciada en Ciencias Físicas y en Filosofía.
–Estudié Físicas en Salamanca y cuando me licencié, me fui a vivir fuera. Voy mucho a Salamanca, donde están mi familia y muchos amigos, aunque no tanto como me gustaría. Y por la UNED estudié Filosofía, de adulta; me apetecía y terminé el grado mientras trabajaba.
–Trabaja en marketing y comunicación. Abarca un gran abanico de materias.
–Cuando viene a vivir a Madrid, entré a trabajar en marketing y me seguí formando, con un máster. Hay quien tiene una vocación en la vida, pero yo de pequeña no sabía qué quería ser. Estudié Físicas porque me gustaban mucho y luego la vida me llevó al marketing.
–¿Y se formó para escribir?
–Escribo desde jovencita, pero hace nueve años, de adulta, empecé a hacer cursos de escritura. Quería aprender a escribir como los escritores que a mí me gustan. He hecho muchísimos cursos de escritura: los cursos te obligan a escribir mucho y aprendes muchísimo: te corrigen los profesores y todos tus compañeros son críticos y toman parte de la corrección de los textos.
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