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Miércoles, 22 de mayo 2019, 00:20
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Más de uno en los últimos días se ha preguntado qué era lo que flotaba en la superficie del Tormes a su paso por la capital salmantina y que ocupaba grandes extensiones de agua. Se trata de manchas de un tono verde rojizo y que desde la orilla o los puentes de la ciudad parece vegetación. La respuesta a esas cuestiones las ha confirmado la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD): se trata de la azolla, una planta invasora que ya estaba presente en el Tormes en diferentes puntos de la provincia, pero que ahora es bien visible en el tramo urbano de Salamanca.
El problema, por el momento, es solo medioambiental y no afecta a la calidad del agua. La CHD apunta que por ahora no existe ningún estudio que haya puesto de manifiesto que la presencia de la azolla tenga efectos negativos en el agua. Eso sí, se trata de una planta invasora, procedente de América, y por lo tanto no autóctona, por lo que su presencia tampoco es deseada en el curso del río salmantino.
Esta especie exótica apareció por primera vez en el río hace algunos años, aunque fue en 2017 cuando el organismo regulador de la cuenca comenzó a hacer un seguimiento. El motivo fue el brote acontecido en Alba de Tormes, donde la acumulación de este helecho de agua llamó la atención por el tono rojizo que adquirió la superficie del agua.
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