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José Vicente Lorente y Juan Manuel Corchado, profesores de la USAL GUZÓN y ALMEIDA
La opinión de dos expertos salmantinos sobre las criptomonedas: “Son una ruleta rusa”

La opinión de dos expertos salmantinos sobre las criptomonedas: “Son una ruleta rusa”

José Vicente Lorente y Juan Manuel Corchado, analizan el mercado y aseguran que “son productos muy volátiles”

Viernes, 4 de febrero 2022, 19:29

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Año 2009. Este fue el comienzo de todo. El Bitcoin fue la primera criptomoneda que empezó a operar, y desde entonces han aparecido otras con diferentes características. En la actualidad es un mundo que está en auge y que se espera que esté durante mucho tiempo.

En términos de popularidad tiene un alto grado de noticias y de búsquedas en internet. Se trata de un producto de alto riesgo con el que hay gente que gana muchísimo dinero, pero que a su vez está expuesto a perderlo todo. “Es una ruleta rusa. Para obtener beneficios tienes que comprar y vender diariamente, es decir, tener una dedicación exclusiva”, asegura Juan Manuel Corchado, profesor de la Universidad de Salamanca.

Cuando baja el precio de estas criptomonedas mucha gente pronostica el final, pero por ahora no es así. El problema es que cuando sube se habla de ello y muchos son los que compran en ese momento... y es un error. “Las bajadas y las subidas son constantes en las criptomonedas, que baje un 20 o 30% es lo normal. Ahora que están en descenso hay muchas personas que ven una oportunidad para comprar. Lo que pasa es que la gran mayoría compran cuando es noticia, que siempre es en una subida, y lo más probable que a continuación tenga una bajada y pierdas dinero con ello”, afirma José Vicente Lorente, profesor del grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Salamanca.

Una muestra de que las criptomonedas están muy a expensas de las noticias y del impacto que estas generan, es que Elon Musk, fundador y consejero delegado de Tesla, anunció que la empresa automovilística iba a permitir usar Dogecoin como medio de pago para la compra de ciertos productos. En ese momento, esta criptomoneda tuvo un incremento de más del 22%.

Antes del anuncio, cada unidad de Dogecoin se negociaba por cerca de 0,161 dólares estadounidenses, mientras que tras el mensaje se disparó hasta el entorno de los 0,211.

Al principio, este sector estaba más dirigido a personas interesadas en productos tecnológicos y ahora la popularidad se ha extendido y casi todo el mundo conoce lo que son las criptomonedas. Son productos muy volátiles con los que la gente que no tiene mucho conocimiento es más fácil perder dinero que ganarlo. Las fluctuaciones son brutales y esta es la naturaleza de este mercado.

“Es un activo de alto riesgo, en general igual que los mercados financieros. Una empresa del Ibex 35 puede bajar un 15% en un día, pero es que el Bitcoin por ejemplo puede tener ese descenso en minutos. Lo que ocurre en los mercados financieros, en las criptomonedas se multiplica” dice Lorente. Por su parte, Gallardo asegura que ”los que se quedan con el dinero son los intermediarios que son los que siempre ganan. Además, también obtienen beneficios los que tienen información fiable y privilegiada y otros que tienen suerte. Si no eres de ellos, yo me alejaría de este mundo”.

Hay muchos tipos de criptomonedas y cada una de ellas tiene detrás una historia, un funcionamiento y una lógica que justifica su uso y su valor. A mayor conocimiento de todo esto, más opciones de ganar dinero, aunque hay que tomarlo con mucha cautela.

Los problemas en este sector cada vez son más. “Hay que minimizar los riesgos. No solo hay que ver los beneficios o las pérdidas, sino que puedes tener el dinero en una plataforma y esta puede ser hackeada en cualquier momento. El riesgo también está en el desconocimiento”, confirma José Vicente Lorente.

Otros de los inconvenientes de estas criptomonedas es que se asientan sobre elementos que no tienen un valor tangible. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “las criptomonedas no tienen valor ni hay entidad alguna detrás que las respalde. Se compran y venden por el precio que aquellos que quieran comprarlas estén dispuestos a pagar en función de la fe que en ellas pongan”. Además, la OCU advierte que “la diferencia entre hacerlo a través de un intermediario u otro puede ser abismal”.

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