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Sábado, 21 de marzo 2020, 22:36
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Cuando allá por el mes de agosto Iván Navarro Ramos inició su estancia Erasmus en Turku, Universidad de Finlandia, no podía imaginar que su aventura en el país nórdico terminaría de forma apresurada por un nuevo tipo de coronavirus llamado Covid-19. “In extremis”, el joven estudiante del tercer curso de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Salamanca, aterrizó el miércoles en España tras pasar casi un día entre aeropuertos y más de cuatro semanas buscando un vuelo con destino a Madrid que no se cancelara.
“Compré vuelos directos a Madrid hace unas cuatro semanas y me los fueron cancelando cuando todavía España no estaba cerrada al tráfico aéreo, simplemente decían que se cancelaban y que no me podían ofrecer alternativas, así una semana tras otra, un vuelo tras otro”, asegura y explica que el miércoles, después de que se suspendiera el vuelo con destino a Madrid con escala en Estocolmo, decidió acudir al aeropuerto de Helsinki dispuesto a conseguir un billete de avión. Se rumoreaba que Finlandia iba a cerrar las conexiones aéreas y también España, así que se lanzó. Logró vuelo a Estocolmo, pero no tenía garantías de volar después a Madrid, “fui al aeropuerto sin saber si iba a volver”, recuerda, pero desesperado no lo dudó y tuvo suerte, a las once de la noche aterrizó en Madrid.
Toda una odisea en la que lamenta no haber recibido más apoyo de la Universidad de Salamanca ni de la de Turku, así como del Gobierno español. Ahora le preocupa no tener eldocumento de la institución académica finlandesa que acredita su estancia, “la Universidad de Turku cerró y no me dieron nada”, señala, aunque se muestra esperanzado en poder continuar el trimestre que le queda de forma “on line”.
Explica que en el país nórdico cuando tenían apenas un centenar de casos cerraron las unviversidades, pero el problema es el tipo de residencias de estudiantes que hay en el país, que son como grandes casas con una cocina común. “Era muy complejo hacer cuarentena en un lugar así si habí un positivo”. Por suerte no tuvo que enfrentarse a esa situación. Ahora respira tranquilo junto a su familia en Salamanca.
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