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La incidencia en Salamanca de la enfermedad de la polémica

La incidencia en Salamanca de la enfermedad de la polémica

El Hospital recibe anualmente una decena de pacientes que creen tener Lyme, pero la mayoría no la sufren. La comunidad científica está divida sobre su diagnóstico

Martes, 14 de enero 2020, 12:40

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Tan pronto como el famoso cantante Justin Bieber ha dicho que le han diagnosticado la enfermedad de Lyme, la comunidad científica ha resoplado como diciendo “ya tenemos el debate montado”. ¿Por qué? Pues porque la enfermedad de Lyme es bastante polémica y divide a los especialistas entre los que dudan que realmente exista un cuadro crónico y los que lo diagnostican con clarividencia.

El especialista en enfermedades infecciosas Moncef Belhassen apunta que “por supuesto que la enfermedad existe”. “Algunos pacientes sufren un cuadro agudo de Lyme y otros llegan a un cuadro crónico”, añade. Es en ese nivel -en el del cuadro crónico- donde los médicos no se ponen de acuerdo en cuánto hay de psicológico y cuánto hay de Lyme. “Es un debate bastante caliente, la verdad”.

“El problema es que un Lyme crónico está asociado a cuadros muy inespecíficos y muy variados”, explican. Los síntomas de esta enfermedad pueden ser fiebre, dolor de cabeza, rigidez del cuello, cansancio... “Es tan inespecífico que a lo mejor un paciente recuerda que una vez tuvo fiebre, que a los pocos meses le dolió el cuello, que luego tuvo otra cosa y así va sumando varias dolencias hasta pensar que tiene la enfermedad de Lyme”, asegura.

Se produce así una especie de “turismo sanitario” en el que los pacientes van de médico en médico hasta que uno le diagnostique la enfermedad de Lyme en un cuadro crónico y con ese diagnóstico pueden optar a una incapacidad, una baja temporal, etc.

La enfermedad está asociada a cuadros muy inespecíficos, lo que genera un debate caliente entre especialistas

La enfermedad es mucho más frecuente en Estados Unidos porque la garrapata que la contagia abunda en la zona norte del país. En España, sin embargo, la incidencia es muy baja, peo también se concentra en la cornisa cantábrica por mayor concentración de esta especie de garrapata.

“En Salamanca también se trata el Lyme como enfermedad aguda. Se diagnostica y se cura. El cuadro crónico también tiene unos criterios clínicos y analíticos para determinar que es un Lyme crónico, pero los criterios diagnósticos son muy inespecíficos. Esto no significa que la ciencia no sepa lo que tiene un paciente. Lo que decimos es que no se puede decir a la ligera que alguien tiene un cuadro crónico de la enfermedad de Lyme solo porque coincida que tiene uno o dos de los múltiples síntoma que existen”, argumenta Belhassen.

Desde el Hospital de Salamanca se ratifica que son muchos más los pacientes que creen tener la enfermedad que los que en verdad la padecen. De ahí la controversia que genera. “Hay bastante tema de somatización; de personas que tienen unos cuantos síntomas y ya se obsesionan”.

A grandes cifras, “en los últimos diez años en Salamanca habremos visto dos o tres casos de Lyme agudos y uno o dos crónicos, pero por la consulta vienen todos los años más de diez personas que dicen tener un cuadro crónico de Lyme”. De hecho, uno de los últimos diagnósticos de la enfermedad de Lyme en el Hospital de Salamanca fue a un profesional sanitario que había practicado montañismo y sufrió la picadura de la garrapata.

De Richard Gere a Ben Stiller: la garrapata causa estragos en Hollywood

El joven artista Justin Bieber ha sido el último caso mediático de la enfermedad de Lyme. Se suma a una mononucleosis que también contrajo recientemente y que, en conjunto, podrían haber afectado al deterioro de su imagen. Antes de él otros famosos reconocieron sufrir este problema. Uno de los más sonados fue Richard Gere, quien confesó haber pasado momentos muy duros tras la picadura de la garrapata.

En este listado figuran también el actor de comedia Ben Stiller, otro clásico de Hollywood como Alec Baldwin o el expresidente de los Estados Unidos George W. Bush, que se vio afectado durante su mandato.

Mientras que en Estados Unidos parece no existir tanta controversia a la hora de diagnosticar un cuadro crónico de la enfermedad de Lyme, en Europa se recela mucho más. Esta fase crónica se asocia con cuadros de fatiga, dolor muscular o articular que pueden confundirse con otras enfermedades. De hecho, en ocasiones se realizan serologías buscando el motivo de estos síntomas y no aparece nada que pueda atribuirse directamente al Lyme, pero aún así hay médicos que la diagnostican.

Uno de los métodos más seguros para poner nombre a la enfermedad es conservar la garrapata cuando se retira del cuerpo y llevarla a un laboratorio para que analice si está infectada.

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