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Imagen de Carmen Martín Gaite, en los últimos años de su biografía en la Biblioteca Digital de Castilla y León.
La huella de la mujer más premiada de la literatura española

La huella de la mujer más premiada de la literatura española

La escritora atesora galardones como el Premio Nacional de Literatura, Premio Príncipe de Asturias y Premio Castilla y León de las Letras

Domingo, 25 de julio 2021, 23:02

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El 23 de julio se cumplirán 21 años de la muerte por cáncer de Carmen Martín Gaite (1925-2000), la escritora salmantina que recientemente ha sido recordada en el documental “La Reina de las Nieves” por Mariela Artiles para “Imprescindibles” de La 2.

De su biografía siempre se recuerda que nació en la plaza de los Bandos, en un edificio hoy desaparecido, en el seno de una familia acomodada. Su padre, José Martín, era notario. Viudo de un primer matrimonio, se casó con la joven gallega María Gaite, el 19 de mayo de 1923. De esta relación nacieron Ana María y, al año siguiente, Carmen. “En su primera infancia, ninguna de las hermanas fue al colegio y recibieron clases particulares de Dibujo, Idiomas y Cultura General, aunque fue su padre quien, en realidad, le inculcó a la escritora su afición por el arte, la historia y la literatura”, escribe Eloísa Guerrero Solier en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia.

“En plena Guerra Civil”, prosigue Eloísa Guerrero, “cursó sus estudios de bachillerato, y fue en el instituto femenino de Salamanca donde dos profesores, Rafael Lapesa y Salvador Fernández Ramírez, iban a influir decisivamente en su vocación literaria. Tras concluir esta etapa educativa, comenzó en 1943 la carrera de Filología Románica, que culminó con Premio Extraordinario”. En la Universidad de Salamanca, escribe José Teruel en la Biblioteca Digital de Castilla y León, su grupo de compañeros y amigos estaba formado por Agustín García Calvo, Federico Latorre, Mª Dolores Ruiz Olivera, Natalia Guilarte y José Ignacio Aldecoa Isasi, “el primer joven moderno que yo conocí”, dijo la escritora.

“Los profesores de este periodo universitario con especial significación en su trayectoria intelectual”, continúa José Teruel, “fueron César Real de la Riva, Manuel García Blanco y Alonso Zamora Vicente. Bajo la dirección del primero, Carmen Martín Gaite hizo teatro en la compañía universitaria Juan del Encina”.

Carmen Martín Gaite llegó a Madrid en 1948, recién terminada la carrera. Y se encontró con un mundo insólito y refrescante, según Mariela Artiles: “Allí estaban Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre... y algunas mujeres tan inquietas como ella, como Josefina Rodríguez o, más tarde, Ana María Matute. Carmen Martín Gaite se integró con entusiasmo en ese grupo que muy pronto revolucionaría la literatura española, con el nombre de la Generación de los 50. Uno de sus más notables miembros, Rafael Sánchez Ferlosio, sería el amor de su vida”.

El enlace entre Carmen Martín Gaite y Rafael Sánchez Ferlosio tuvo lugar el 14 de octubre de 1953, en la iglesia madrileña de San José, actuando como padrinos Rafael Sánchez Mazas y Ana María Martín Gaite. El joven matrimonio se instaló en un ático, “que mi padre nos regaló”, de la calle Doctor Esquerdo, 43, cuando aún era un bulevar en las afueras de Madrid, según recuerda José Teruel.

En Madrid, nada fue fácil. Mientras sus compañeros arrancaban sus carreras, ella tuvo que esperar. Durante el camino sucedió el fracaso de su primera tentativa literaria y la muerte en 1955 por meningitis de su primer hijo, Miguel, de seis meses, que la hizo sentir “cómo el suelo se hundía bajo sus pies”, ha recordado Mariela Artiles.

Pero en la primavera de 1954 obtuvo el Premio Café Gijón por su novela corta “El balneario”. E inició “Entre visillos” en enero de 1955, tres meses antes de que Sánchez Ferlosio terminara “El Jarama” y poco antes de la muerte por meningitis de su primer hijo, Miguel, con poco más de seis meses en mayo de 1955. En mayo de 1956 nace su hija Marta.

Consiguió el Premio Nadal en 1957 por “Entre visillos”. Carmiña envió la novela sin decírselo a su marido Rafael Sánchez Ferlosio, a quien se lo habían concedido dos años antes. “No quería que su opinión me influyese en pro ni en contra [...] Desde aquel día consideré que tenía derecho a poner escritora como profesión en mi carné de identidad. El Nadal reafirmó mi decisión de seguir escribiendo siempre”, se leía en una exposición comisariada por José Teruel que el Casino de Salamanca le dedicó en 2019.

“Carmen Martín Gaite y los escritores de la Generación de los 50”, dice Mariela Artiles, “fueron pioneros. Viajaban y tenían la visión de qué se estaba haciendo en otros países. Cuando los demás se quedaron atrás con el ‘boom’ de la literatura hispanoamericana, Carmen estuvo siempre en su época, escribiendo ficción o ensayo. Su vida personal tuvo mucha influencia en su literatura. Se separó de Sánchez Ferlosio tras 17 años de matrimonio y perdió a su hija Marta, que murió de Sida en 1985. Sintió inseguridad sobre si iba a escribir o no”.

Pero Carmen Martín Gaite es la autora más premiada de la literatura española. En 1978 consiguió el Premio Nacional de Literatura por “El cuarto de atrás”. En 1988, compartido con el poeta gallego José Ángel Valente, recibió el Premio Príncipe de Asturias, y en 1991, fue la primera mujer en ganar el Premio Castilla y León de las Letras. En 1994 obtuvo de nuevo el Nacional de Literatura, esta vez por el conjunto de su obra.

Novelas como “Nubosidad variable” (1992), “La Reina de las Nieves” (1994), que dedicó a su hija Marta, fallecida a los veintiocho años, o “Irse de casa” (1998), culminaron una intensa carrera literaria, apunta Eloísa Guerrero, en la que también cultivó el ensayo con títulos como “Usos amorosos de la Postguerra española”. Víctor García de la Concha, indica el Diccionario Biográfico, ha hablado de Carmen Martín Gaite “como académica in pectore, ya que, pese a los intentos de incorporarla a la Real Academia Española por parte de sucesivos directores —Rafael Lapesa, Pedro Laín, Fernando Lázaro o el propio García de la Concha—, siempre se resistió a formar parte de esta institución”.

Carmen Martín Gaite se agarró al trabajo hasta los últimos días de su vida, escribe José Teruel en la Biblioteca Digital de Castilla y León: “Hasta el 19 de julio del 2000 seguirá escribiendo “Los parentescos”. Se morirá agarrada al inicio de un capítulo que no podía llamarse de otro modo “La raya invisible””.

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