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La gula, uno de los pecados capitales.
Tiresias, con cuerpo de hombre y mujer.

La historia de una de las joyas de Salamanca: el claustro de Las Dueñas

Enrique Valdeón narra cómo los canteros llevaron a los capiteles el infierno y el purgatorio de la Comedia de Dante

Miércoles, 11 de agosto 2021, 19:44

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Enrique Valdeón Gómez, exdirector del IES Lucía de Medrano, recalca que el claustro de las Dueñas de Salamanca es una maravilla de hace 600 años. Y proporciona en un libro algunas claves sobre el trabajo de los canteros.

“No es raro encontrar en los medallones similitudes con la iconografía o dibujos de Alonso Berruguete, Juan de Juni, Vasco de Zarza y Siloé en el ámbito castellano”, que a su vez se inspiran o copian de referentes italianos como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y Rafael Sanzio”, escribe en “Claustro de las Dueñas de Salamanca. Claves para su interpretación”, un volumen con abundantes fotos e ilustraciones de Saturnino Boyero.

En este claustro de cinco lados, Valdeón ha encontrado símbolos del Nuevo Mundo, como el cactus del peyote, que llegó pronto de la Nueva España y se consumía por inhalación como el incienso, se fumaba como el tabaco y se tomaba en infusión.

En los capiteles de la galería baja, sostiene el autor, los tallistas canteros quisieron esculpir los primeros versos de la Divina Comedia, de Dante, dedicados al Infierno, con “formas vegetales, demonios, animales fantásticos, fuego, monstruos, ángeles, dragones, caballos y carneros... Algunas de esas caras tienen similitud con esos dioses aztecas o mayas, que llegan con el descubrimiento y que tanto escandalizaron por sus rituales de canibalismo y de sacrificios humanos. También estamos en el infierno por el macho cabrío”. La concha significa la superación de la muerte del ego para dar paso a la sencillez y humildad, “dos cualidades de las monjas de un convento de clausura de Santo Domingo”, como las Dueñas, y la mariposa es un recordatorio de la brevedad de la existencia y cómo ha de ser la vida en comunidad.

En los medallones de la galería baja, donde varios autores han apuntado que trabajaron artistas próximos a Berruguete o que le copian, hay caras de hombre y de mujer. “Un detalle que llama la atención de los 23 medallones que integran este claustro es la peculiar forma de cubrir sus cabezas: bonete, sombreros, gorros y toca de gasa en los 15 hombres. Y en los 8 medallones con caras de mujeres su rasgo predominante es la juventud candorosa y también llevan vestidos distinguidos”.

A la galería alta se traslada el Purgatorio de Dante y el programa iconográfico llama a la conversión para dejar el vicio, el pecado y vencer en esa lucha para alcanzar el estado de gracia. “La imaginación de los canteros ha sido más libre y caprichosa por tratarse de un claustro que nadie iba a ver, salvo un puñado de monjas”, dice Valdeón Gómez.

En el claustro alto hay rostros de hombre, de mujer, de niños, personajes orientales, ángeles, demonios, geniecillos, angelillos y amorcillos, elementos vegetales, calaveras, bucráneos, jarrones, escudos... También hay personajes de mitos o leyendas griegas o romanas que aparecen en la Divina Comedia, como Tiresias, Ártemis o Alecto, los pecados capitales y el propio Dante, según Enrique Valdeón. En los medallones están Santa Ana, San Juan Bautista, Moisés, el rey David, Santo Tomás Apostól, San Bartolomé, San Gregorio Magno, San Lorenzo, San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino, Santa Catalina de Siena, San Gabriel, la Virgen María, un dominico, San Pedro de Verona, Hermes, San Andrés, Santa Bárbara, María Magdalena, San Juan Evangelista, Santiago Apostól, Hércules, San Judas Tadeo, Santa Cecilia, Santa Oda, San Pedro... o personajes bíblicos como Jael, Job y Abraham, entre otras muchas figuras.

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