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Sábado, 7 de enero 2023
El último traslado de un preso de la banda terrorista ETA a cárceles del País Vasco ha sido el de Iñaki Bilbao, alias ‘Txikito, considerado como uno de los miembros de la rama dura de ETA, ajeno a acogerse a los beneficios penitenciarios a los que se acogieron otros presos tras pedir ‘disculpas’ a las víctimas.
‘Txikito’ no era de los presos más veteranos del penal, ya que había llegado en junio de 2021 desde el penal de Puerto III de Cádiz. El sanguinario etarra que participó en el asesinato del concejal socialista Juan Prieto en el año 2000 nunca dio muestras de condena de la violencia de la banda terrorista, ni de pedir perdón a las víctimas. De hecho, son conocidas las amenazas de muerte que profería a los jueces durante las vistas. “Te voy a dar siete tiros. Fascista de mierda. Te voy a arrancar la piel a tiras”, llegó a decir al presidente de la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional, Alfonso Guevara, durante un juicio celebrado en octubre de 2006, así como con el magistrado Baltasar Garzón al que simuló con dispararle apuntando con la mano mientras le estaba tomando declaración.
Esta imagen con el brazo extendido le hizo encarnarse como uno de los miembros irreductibles de la banda armanda, lejanos del arrepentimiento y partidarios de la línea más dura de ETA, a pesar de su disolución. A los 45 años de condena por el asesinato del edil del PSOE, sumó otros 14 por las amenazas a los cuatro magistrados de la Audiencia Nacional mientras les juzgaban.
Lo mismo hizo ante el juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional cuando le interrogaba sobre una carta en la que animaba a la lucha armada, con las palabras: “Usted es el diablo del País Vasco y si le pillo le voy a matar”.
A los dos meses de ingresar en el penal salmantino inició una huelga de hambre y decidió no comer absolutamente nada de la dieta que se proporciona en la cárcel a los reos. En esta ocasión no había más motivación que una disputa que mantuvo con un funcionario al negarse a realizar una actividad grupal. Al permanecer en el tiempo en su actitud, la dirección de la cárcel decidió su traslado a un Hospital. Previamente estas semanas había estado en observación en el Módulo de Enfermería.
El juez de Vigilancia Penitenciaria ordenó que se le administrara nutrientes por vía intravenosa, una decisión que tuvo que tomarse ante el peligro que corría su vida de seguir negándose a comer. Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que los cuatro días que el etarra lleva ingresado en el hospital se mostró menos colaborativo que nunca, negándose a que le realizaran prueba alguna y obstaculizando cualquier tratamiento médico.
De ahí que el magistrado optara por su alimentación forzosa mediante una autorización judicial para administrarle nutrientes por vía intravenosa.
Fuentes penitenciarias señalan que era un preso problemático con varios problemas de salud que obligaban a trasladarle al Hospital de Valladolid para seguir con su tratamiento.
Un año antes ya había tenido que ingresar en el Hospital Universitario de Puerto Real después de evitar todo alimento como respuesta a una diligencia ordenada por la Audiencia Nacional. Era su ‘modus operandi’ de protesta ya que en 2017 hizo otra en demanda de la independencia cuando la banda terrorista ETA llevaba años disuelta.
Solo hace unos días inició una nueva protesta en la cárcel de Zaballa, la quinta en su carrera en las prisiones, para exigir una amnistía total de los presos etarras. ‘Txikito’ dejó de comer en Nochebuena en una celda aislado tras negarse a hacer una PCR por el protocolo covid.
La junta de tratamiento de Puerto III, donde ya tuvo que ser ingresado, le hizo progresar a segundo grado por motivos de salud.
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