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Jueves, 7 de julio 2022, 18:16
Hace dos años, incluso menos, resultaba extraño hablar de autoconsumo eléctrico. Sin embargo, la crisis energética que comenzó hace un año y que se ha intensificado con la invasión rusa de Ucrania, ha puesto de actualidad este tipo de instalaciones, la mayoría paneles solares montados en el techo de edificios y que cubren parte del consumo de electricidad del inmueble. Hasta tal punto ha llegado el interés que se ha producido una avalancha de solicitudes, incentivada también por la existencia de ayudas. La imparable llegada de solicitudes ha provocado una saturación del Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo, sobrecargado por la acumulación de trabajo en los últimos meses, excesiva para la plantilla de la que dispone para este cometido.
El propio Servicio Territorial reconoce que anda corto de plantilla para asumir tal avalancha de trabajo con motivo del auge del autoconsumo. Recuerdan que no solo han de tramitar este tipo de expedientes, también de otro tipo. Por ejemplo, están gestionando las autorizaciones de 27 planta fotovoltaicas y dos parques eólicos, además de todas las instalaciones industriales y campañas de inspección para garantizar la seguridad industrial.
El sector del autoconsumo estaba muy constreñido por la normativa y los costes que imponía el Gobierno hasta que en 2019 se aprobó el Real Decreto 244/2019 que facilitaba su expansión. No obstante, ese año únicamente se presentaron 26 expedientes. Hubo que esperar a 2020 para asistir al primer incremento, sobre todo en la segunda mitad del año, gracias a que la Junta sustituyó en junio las licencias urbanísticas, que hasta entonces eran obligatorias para las instalaciones de autoconsumo, por una declaración responsable, lo que ha agilizado notablemente los plazos de ejecución. No obstante, el verdadero impulso ha sido el precio de la luz.
La prueba es que el repunte se ha dado a partir de septiembre del año pasado. Una subida a la que por ahora no se le ve final, según las empresas del sector, ya que el interés de los clientes por intentar reducir la factura de electricidad sigue muy viva. Los precios de la luz contribuyen, ya que si antes de septiembre el megavatio hora costaba 80 euros, ahora se mueven por encima de los 130 cada día, pero en meses anteriores ha llegado a estar a más de 200 euros.
Las empresas instaladoras reconocen que la mayoría de los interesados son empresas y también propietarios de viviendas unifamiliares. Por ahora las comunidades de vecinos que apuestan por este tipo de instalaciones es menor, debido por un lado a limitaciones de espacio en la cubierta, pero sobre a que es difícil poner de acuerdo a todos los vecinos para afrontar una inversión de estas características.
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