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En la sociedad actual, cada vez son más los jóvenes que tienden a hipertrofiar la violencia de género. Lo hacen confundiendo conductas tan claras como la del acoso con la preocupación o el interés, relativizando los comportamientos dependientes, promoviendo la falta de intimidad en las redes sociales o, directamente, creyendo que los celos resultan ser una prueba de amor inequívoca.
Para el psicólogo, Académico de Número de la Academia de Psicología de España, Primer Defensor del Menor y escritor navarro, Javier Urra, es providencial que se combata el narcisismo educando a los menores en la ruptura, enseñarles que no se puede banalizar una realidad tan dura como lo es la violencia de género y que, en los últimos 20 años, se ha convertido en una lacra social dejando a 1.196 mujeres asesinadas y cambiar la idea que se tiene de la posesión cuando se está en pareja.
El pasado sábado participó en la I Jornada de Psicología y Sociedad, organizada por el COPCyL en el Casino de Salamanca, en la que habló sobre el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y sobre los suicidos que se dan a raíz de los casos de maltrato, que, cuando se dan, “se dan sin arrepentimiento”.
¿Qué visión tiene Javier Urra sobre la violencia de género y el suicidio?
—A la hora de hablar sobre este tema, siempre resalto la importancia que tiene el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. En el año 2022, 49 mujeres murieron a manos de su pareja o de su expareja y 10 varones consumaron el suicidio. En estos casos, muchas veces se habla de ‘suicidio ampliado’, pero, normalmente, los agresores piensan lo que van a hacer, lo hacen y luego ya se suicidan, librando el juicio de la sociedad y la prisión. En el caso de las mujeres, me gustaría destacar que las que sufren maltrato piensan en suicidarse cinco veces más que el resto que no lo sufren. En estas situaciones, la salud mental quiebra por completo.
¿Qué factores influyen en estas conductas?
—La colonización mental es uno de ellos. Ante un caso de violencia de género, son muchas las personas que se preguntan por qué la víctima no huye del entorno en el que se la maltrata. La respuesta está en la dependencia. Esta, a veces, explica el suicidio del varón. El varón que quiere poseer a una mujer y que, después, la mata, no tiene una razón para existir después de haber cometido el crimen. Pero esa dependencia es doble. Es una visión en túnel porque ella no tiene la capacidad de mirar más allá. Está atrapada en un círculo de sumisión y, paradójicamente, se crea un círculo de apego.
¿Cómo ven los jóvenes de hoy en día las relaciones?
—Los jóvenes no tienen muy claro que es importante que se eduque en el respeto a la autonomía del otro. El amor no es bidireccional. Tú puedes querer a alguien y ese alguien no tiene por qué quererte. No puedes obligar a nadie a querer. Por esta razón, también se dan casos de violencia machista. El agresor, que verdaderamente es un dictador, quiere imponer todo lo que él piensa y, en general, quiere imponerse. También quiero resaltar cómo a los jóvenes se les queda grabado este hecho. Los hijos que conviven con casos de violencia de género terminan haciendo lo mismo con su pareja.
¿Qué está pasando para que se haya disparado la cifra de chicos jóvenes que piensan que la violencia de género no existe?
—Los hay que niegan su existencia y también los hay que dicen que la Ley de Violencia de Género no es justa porque no es igualitaria, pero es que los casos de maltrato se dan de hombres a mujeres y sí lo es porque los datos han evidenciado que la que tiene que ser defendida es la mujer. Desde el año 2000 hasta el 2023, han muerto 1.196 mujeres asesinadas.
¿Qué es lo que más le preocupa como psicólogo experto en este ámbito?
—Me preocupa la falta de intimidad con las nuevas tecnologías, la chica que se acuesta con un chico por miedo a que se marche con otra y todos aquellos que consideran que tener celos es una prueba de amor inequívoca. También hay que hablar del consumo de alcohol y de drogas. Normalmente, los casos de violencia de género no se dan por su consumo, pero sí son deshinibidores.
Que algunos mensajes políticos ninguneen la existencia de la violencia machista también influye en los jóvenes...
—Sí, pero la violencia de género es una realidad que plasma un dato muy importante y con el que nos deberíamos quedar todos: los hombres tienen más riesgo en la calle y las mujeres tienen más riesgo en su casa. También hay que resaltar que el aumento de casos machistas se dan a raíz del consumo de pornografía, que ha aumentado.
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