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Retrato de José María Gabriel y Galán. archivo
Gabriel y Galán, el poeta salmantino que sigue entusiasmando a las gentes del campo

Gabriel y Galán, el poeta salmantino que sigue entusiasmando a las gentes del campo

Murió a los 34 años en la plenitud de su popularidad

Miércoles, 24 de marzo 2021, 15:07

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José María Gabriel y Galán (1870-1905), salmantino natural de Frades de la Sierra, era uno de los poetas más leídos de España en el momento de su muerte. Su consagración había comenzado en 1901 cuando en los Juegos Florales celebrados en el Teatro Bretón de Salamanca fue galardonado con la flor natural por su composición “El ama”, inspirada por la reciente muerte de su madre. La entusiasta acogida de sus versos por parte de los campesinos a lo largo de varias generaciones es la mejor prueba de la sintonía cordial con las gentes sencillas, según escribe Fernando Gómez Martín, en la Revista de Estudios editada por La Salina.

La familia de Gabriel y Galán era campesina en su rama paterna, de raigambre netamente charra, es decir, de la tierra que tiene por vértices la capital, Ciudad Rodrigo y la sierra de la Peña de Francia; también lo era por parte de su abuela materna. En cambio, su abuelo materno era médico-cirujano y natural de Coria (Cáceres). “Su padre, Narciso Gabriel Panadero, era labrador y ganadero acomodado, que había desempeñado el oficio de montaraz en un pueblo cercano a Frades, trasladándose a éste tras casarse con Bernarda Galán Casquero, hija de un médico. Era Narciso el tipo de charro puro que José María dejó retratado en “Ganadero”. De su madre puede decirse que era una mujer llamativamente culta para el medio en que siempre se desempeñó, que hacía versos, de factura ingenua y sencilla, algunos de los cuales se han conservado. Muchas de las estrofas de “El ama” se refieren a ella. El matrimonio tuvo ocho hijos (José María fue el séptimo), de los que sobrevivieron cinco”, según relata un nieto del poeta, Jesús, en el Diccionario Biográfico. Escritor precoz.

José María tuvo una precoz iniciación en la poesía.

Se conocen dos composiciones (“El manifiesto electoral” y “La aristocracia de mi lugar”), escrita a los doce años, en las que pone en solfa a los políticos de la zona (entre ellos a su propio padre), en estilo satírico y festivo. Tras no pocos esfuerzos, accedió el padre a las indicaciones del maestro local para que el muchacho estudiara una carrera. La de Magisterio fue la elegida, y la Escuela Normal de Salamanca acogió a José María durante los tres años que duraban los estudios de maestro superior, que culminó con extraordinaria brillantez; en el segundo año, y ya con el título de maestro elemental, hizo oposiciones y ganó plaza en la escuela de Guijuelo (Salamanca). Antes de incorporarse a ella, obtuvo permiso para realizar, en la Escuela Normal Central de Madrid en 1888-1889 un cuarto curso indispensable para opositar a cátedras (objetivo final que se proponía), según afirma su nieto Jesús.

El verano de 1889 lo pasó en Galicia, donde contempló por primera y única vez el mar, incorporándose luego a la escuela de Guijuelo, en la que permaneció hasta 1892, cuando, tras nuevas oposiciones, obtuvo una plaza de superior categoría en Piedrahita (Ávila), que desempeñó hasta 1898. “En este año,”, prosigue su nieto Jesús, “contrajo matrimonio con una joven extremeña, Desideria García Gascón, que vivía en Guijo de Granadilla con unos tíos suyos, mayores, sin hijos, pero con buena hacienda. Ellos propusieron poco después al joven maestro el abandono de la docencia y su traslado a esa localidad, para hacerse cargo de sus negocios agrícolas y ganaderos. Tras largas reflexiones, José María aceptó porque, como diría a la condesa de Pardo Bazán unos años después, “mis aficiones todas estaban en el campo”. El matrimonio tuvo cuatro hijos.

Entusiasmo de Unamuno

A finales de octubre de 1898 llegó el poeta a Guijo de Granadilla, localidad del norte de Cáceres cercana a Plasencia, a orillas del Alagón, río que nace en la sierra de Frades. Allí estrenó una nueva vida que le permitió desarrollar una actividad literaria ya incesante. A poco de llegar, nació su primer hijo y con este motivo escribió “El Cristu benditu”, acogido con gran entusiasmo por Unamuno, quien lo dio a conocer a todo el que se ponía a su alcance, y de esta manera el nombre de Gabriel y Galán comenzó a sonar en Salamanca, se apunta en el Diccionario Biográfico. Se inició entonces su amistad con el rector que, con algunos altibajos, duró toda su vida. También “El Cristu benditu” puso en relación a su autor con Menéndez Pidal, muy interesado por entonces en las hablas dialectales. El ilustre filólogo pidió al poeta la recogida de romances y leyendas populares por la zona, estableciéndose entre ambos una interesante correspondencia. Mantuvo también José María relación, más o menos estrecha, con otros escritores de la época, como Pardo Bazán, Pereda, Sánchez Rojas, Fernández Villegas, Maldonado, González Castro, Mir y Roso de Luna, anota su nieto Jesús.Publicaron poesías suyas prácticamente todos los periódicos y revistas de Extremadura, Salamanca y otras capitales castellanas, así como de Madrid y del resto de España. En enero de 1903 apareció el libro “Extremeñas”, escrito en el dialecto de la Alta Extremadura, y en abril recibió el nombramiento de Hijo Adoptivo de Guijo de Granadilla, leyendo entonces “Solo para mi lugar”, composición que dedicó a las gentes del pueblo.

En octubre de 1903 se ofreció en Salamanca un banquete-homenaje a Gabriel y Galán y a Unamuno, como “representantes” de las tendencias conservadora y liberal que tantas y tan crónicas discordias promovían, sobre todo en los estamentos intelectuales.

En marzo de 1904 publicó “Campesinas” y, en octubre de este año obtuvo la Flor Natural y el Premio Especial del Centre Catalá de Buenos Aires, en los Juegos Florales celebrados en la capital del Plata; las poesías premiadas en esta ocasión fueron “Canto al trabajo” y “A la montaña”, según el Diccionario Biográfico.

Murió a los 34 años en Guijo de Granadilla y allí reposan sus restos. En su delirio, se le oyeron al poeta los versos de Manrique: ”cómo se pasa la vida/, como se viene la muerte/ tan callando”.

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