La falta de trabajadores lastra la Feria de Día

Según denuncia el sector hostelero, la carencia de profesionales lleva a que algunos camareros hayan demandado entre 1.000 y 1.200 euros de sueldo por trabajar del 1 al 13 de septiembre, periodo en el que se desarrollará la edición de este año. «El pincho valdrá lo mismo, pero si tienes que abonar esos salarios el coste para el empresario puede subir a 1.500 euros por empleado», aclara el presidente de la Asociación de Hostelería, Jorge Moro. Según el representante del colectivo, solo en la capital harían falta 250 trabajadores para cubrir la demanda existente, una cifra que se incrementa en estas fechas por el aumento de la actividad en bares y restaurantes.

Este problema no es nuevo a pesar de que en el Ecyl están inscritas 1.035 personas como demandantes de empleo y con experiencia en el sector en la capital, cifra que se eleva a 1.862 si se cuentan los registrados en toda la provincia, según informa la Consejería de Empleo. Se trata de un problema endémico en Salamanca que cada año se agudiza por el incremento de la demanda por la llegada de más turismo.

De hecho la Asociación de Hostelería de Salamanca alcanzó el año pasado a un pacto con el Ecyl para incrementar la contratación trasladando las entrevistas a las instalaciones de la Oficina de Empleo con el objeto de evitar casos de parados que pretenden seguir cobrando prestaciones sin trabajar porque sistemáticamente rechazan ofertas que les llegan, así como contratos abusivos por parte de los empresarios. Finalmente el resultado no fue el esperado y el problema de falta de mano de obra persiste.

Así, el número de casetas caerá esta edición a mínimos históricos después de alcanzar en el año 2012 las 100 instalaciones distribuidas por 18 zonas, el máximo desde que se pusieron en marcha hace dos décadas. Este año se quedarán en la cuarta parte de aquella cifra récord, mientras que las zonas de casetas descienden a solo 7 tras eliminarse con respecto al año pasado la de San Juan de Sahagún. El recurso de los hosteleros para paliar esta dificultad es mejorar los horarios para que los trabajadores puedan conciliar su vida laboral y familiar. «No es una cuestión de dinero, es de tiempo de descanso», insiste Moro.

Por eso algunos establecimientos han optado por no abrir en el horario de cenas, además de cerrar dos días a la semana para incrementar los tiempos de descanso. «Se trata de ser más eficientes y centrarnos en trabajar las horas más productivas. Además, muchos negocios en vez de retribuir las horas extras trabajadas las cambian por descansos, porque es lo que les demanda el personal», añade el representante del colectivo. Detrás de esta falta de mano de obra también se encuentra el escaso atractivo del sector entre los jóvenes, lo que complica el relevo generacional y la especialización.

Pero la falta de trabajadores no es único motivo por el que la Feria de Día mengua cada año. Detrás de la caída de la participación se encuentra el descenso de las zonas habilitadas, 7 frente a las 18 en el momento de mayor auge, así como el importante coste que supone para los empresarios afrontar la campaña asegurando cuestiones básicas como el reciclaje, los aseos públicos y las garantías sanitarias. 20 años después de que se pusiera en marcha esta iniciativa, en la Asociación de Hostelería tienen claro que necesita una renovación. «Está claro que la Feria de Día es un gran complemento para las Ferias y tenemos que mejorarla para defenderla», subraya Moro.

El presidente de la Asociación de Hostelería, Jorge Moro, avanza que la agrupación trabaja para incluir novedades en la Feria de Día. Apuesta por incluir en la red de casetas también a los restaurantes, no solo a los bares, así como crear una zona única. Lo cierto es que no es la primera vez que se proponen cambios. Hace dos años la agrupación planteó su objetivo de celebrar la Feria de Día en la Gran Vía, que se cerraría al tráfico para instalarse casetas de uno y otro lado, congregando a todos los negocios. La propuesta no contó con el respaldo de las áreas de Tráfico y Policía por la complicación que supondría para el tráfico y el transporte público.