Exitazo del mercadillo de Garrido que tiene su propia moneda

Bajo la premisa, «no lo tires, cámbialo por otra cosa», el mercadillo de trueque organizado por la Asociación de Vecinos Garrido Contigo ha llenado este domingo la plaza Barcelona de productos de todo tipo. Ropa, calzado, libros, juguetes, víveres para el hogar y mucho más fueron algunos de los objetos que los asistentes pudieron adquirir a cambio de entregar otras cosas que tuvieran en casa y ya no quisieran.

Una iniciativa cuya finalidad es concienciar sobre la importancia de darle una segunda vida a las cosas y con una creativa dinámica que captó la atención de todos los visitantes, especialmente de los más pequeños.

«Es muy sencillo. Nosotros cogemos todo lo que no queremos de nuestra casa y venimos, hacemos la fila a la entrada del mercadillo y se las damos a las personas que están ahí. Ellos nos dan unos billetes y con eso podemos comprar todo lo que queramos», explica Irene Fraile, una niña de 7 años que ha asistido junto a su padre al mercadillo y que asegura estar encantada con la idea.

«Me gusta mucho. La gente aprovecha las cosas que otras personas no quieren y así no hay tanta contaminación porque hay gente que lo tira al río y eso no se debe hacer. Puedes comprar muchas cosas. Yo me compré un gatito de juguete y me costó solo dos billetes de estos», dice mostrando un conjunto de 'Felix', la moneda oficial del mercadillo del trueque.

Estos curiosos billetes de mentira con diseños similares a los euros, pero con sus propias imágenes son la única moneda válida del mercadillo y se pueden obtener en la caja a cambio de otros objetos. Los visitantes llevan las cosas que quieran intercambiar al mercadillo y, dependiendo de su valor, reciben una cantidad de 'Felix' con la que pueden comprar cualquier cosa exhibida en los puestos. Las cosas que no fueron vendidas en ediciones anteriores se regalan a cualquiera que quiera darles un hogar para así evitar desecharlas.

El clima no acompañaba, sin embargo, eso no fue impedimento para los vecinos que se volcaron, desde las 12 del mediodía, de buena gana a recorren la larga fila de puestos que exhibían todos los objetos recaudados y puesto a la venta.

«Me ha sorprendido mucho. No me esperaba que hubiera tantas cosas. Vine solo para darme una vuelta. Hubiera sabido que iba a ser así y hubiera traído varias cosas que tengo en la casa y que no uso. Es una muy buena idea, sobre todo, para que los niños vean que hay que reciclar. El próximo año no me lo pierdo», cuenta Marian Torres, una vecina de la zona.

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