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Policarpo Sánchez en la residencia en la que está llevando a cabo su recuperación.
Policarpo Sánchez, primer paciente tratado con células mesenquimales: “Estoy vivo por estar en Salamanca”

Policarpo Sánchez, primer paciente tratado con células mesenquimales: “Estoy vivo por estar en Salamanca”

“Ya habían llamado a mi familia para despedirse... y apareció este tratamiento”, explica

J.H.D y j.h.d. | salamanca

Sábado, 11 de julio 2020, 23:32

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Tengo claro que soy afortunado de haber estado en el Hospital de Salamanca. Creo que a mí me han salvado la vida las células mesenquimales y si hubiera sido tratado en otro hospital me habrían intentado dar otro tratamiento, pero no este", afirma con la relativa rotundidad que le permite transmitir su hilillo de voz.

Es Policarpo Sánchez -presidente de la asociación Salvemos el Archivo- quien tiene el 'honor' de ser el primer paciente de España que estaba al borde de la muerte y hoy lo puede contar gracias a este tratamiento de uso compasivo con células mesenquimales. Dicho de otro modo: a la desesperada porque ya había poco que perder.

"Evidentemente a mí me ha ido bien porque he salvado la vida cuando mi situación era extrema", defiende. ¿Cómo de extrema?, convendría aclarar. "Pues para que te hagas una idea, tan extrema como que tuvieron que avisar a mi familia hasta en dos ocasiones para que se preparasen para lo peor", sentencia. Se trata de la llamada que el Hospital realizaba a los familiares de personas que tenían muchas posibilidades de fallecer de forma inminente, en cuestión de horas, y se les telefoneaba para ponerles en aviso y, en el último tramo de la pandemia, para ofrecerles la posibilidad de que un ser querido pudiera agarrar de la mano al paciente en sus últimos instantes de vida.

"Habían avisado a mi familia y, de repente, apareció esta opción de tratamiento. Víctor Sagredo, el jefe de Intensivos, contactó con mis persona allegadas para pedirles una autorización por escrito que les permitiera usar tratamientos experimentales. Entre ellos, citaba el de las células mesenquimales", recuerda Sánchez, aunque lo de 'recordar' es un decir. "A mí todo esto me lo han contado porque estuve 17 día en coma inducido. No tengo ningún recuerdo de nada. Solo dormía, pero sí que me quedó claro que la inflamación era incontrolable y que, sin embargo, se controló con estas células".

Policarpo apuesta a que este tratamiento "puede ser clave si lo consiguen desarrollar" y reitera la idea de sentirse "un afortunado" por el trato recibido de todo el equipo sanitario de Salamanca" y también por haber formado parte del estudio clínico al que le sometieron porque "en España los tratamientos se han dividido en función del hospital en el que estabas".

Tras 17 días en coma, las células mesenquimales pudieron contribuir a despertarle, aunque había permanecido conectado durante tanto tiempo a un respirador que había perdido la capacidad de respirar por sí mismo. "No tenía fuerza pulmonar y hubo que sedarme e intubarme otros tres o cuatro días más".

De los vagos recuerdos que le llegan está el de sus conversaciones con los sanitarios. "Yo preguntaba que qué tal estoy y me decían que mucho mejor que antes, y que había estado muy malito, pero no sabía la auténtica gravedad de lo que pase".

Con el alta médica en la mano, Policarpo se dio cuenta en seguida de que el COVID solo estaba superado en parte. El virus ya no estaba en su organismo, pero el destrozo producido era evidente, hasta el punto de que ha tenido que ser ingresado en una residencia para completar su rehabilitación. "He perdido más de 20 kilos. He perdido toda la masa muscular, así que no estaba en condiciones de marcharme a mi casa. Para evitar retrocesos me debían vigilar y ayudar con fisioterapia ingresando en una residencia, pero pese a todo estoy satisfecho", concluye sabedor de que otros muchos -miles- no lo han podido contar.

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