Este es el precio que costará el bus urbano al Ayuntamiento por la pandemia
Será un total de 867.596 euros más con respecto al año pasado debido a las restricciones

Mientras que Renfe pudo suspender los Alvia Salamanca-Madrid durante el estado de alarma por no ser considerados un servicio esencial, y a día de hoy solo ha restablecido una de las cuatro frecuencias que había en días laborables; el autobús urbano de la capital del Tormes no ha dejado de funcionar. Con la mitad de vehículos, con aforo limitado o sin líneas nocturnas, el transporte público entre barrios de la ciudad se ha mantenido durante toda la pandemia y desde junio ha recuperado todas las líneas y frecuencias con una única restricción, 40 personas por vehículo. Pero garantizar un servicio esencial como éste con restricciones de ocupación o la caída de usuarios derivada del miedo al contagio o la menor actividad económica, entre otros motivos, tiene un coste. Exactamente 867.596 euros. Es el “agujero” al que el Ayuntamiento prevé enfrentarse a final de año si persiste la actual situación sanitaria. Este es el motivo por el que el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, al igual que regidores de toda España, está haciendo tanto énfasis en reclamar al Gobierno un fondo extraordinario para hacer frente al déficit del transporte público.
En los ocho primeros meses del año el autobús recibió de los usuarios 643.725 euros frente a los 2.152.374 que percibió el pasado año en este mismo periodo. El déficit de explotación del autobús urbano —la diferencia entre lo que se ingresa por la venta de billetes y el coste real del servicio— fue en 2019 de 3.464.660 euros entre enero y agosto. En ese mismo periodo, este año se sitúa ya en 3.517.297. La diferencia, de momento, parece poca a pesar de que la caída de ingresos por venta de billetes ha sido de un 70%. El motivo es que la reducción del servicio al 50% en diario y su supresión los fines de semana durante el estado de alarma compensó la disminución de viajeros dado que el Consistorio paga a la concesionaria en función de los kilómetros recorridos. Sin embargo, desde junio se han recuperado todas las frecuencias y, atendiendo a los viajeros de agosto, la ocupación de los buses es un 41% más baja. Eso se traduce en un descenso de ingresos por venta de billetes de 171.884 euros en julio y 135.261,73 en agosto. Y la previsión es que la caída continúe hasta generar un “agujero” de 867.596 euros. En los presupuestos del Consistorio se prevé este año una partida de 6.660.000 euros para hacer frente al déficit de explotación del transporte urbano, pero la estimación es que éste se sitúe en 7.527.596 euros si continúa la actual crisis sanitaria. De ahí, ese “agujero” de 867.596 euros.
En el Decreto 27/2020 en el que el Gobierno de Pedro Sánchez en el que se recogía la criticada “incautación” de los superávit de los ayuntamientos se establecía la creación de un fondo para compensar a las entidades locales por la pérdida del transporte. Se iba a pagar al Ayuntamiento el 33% de la cantidad que percibió en 2018 por la venta de billetes y abonos. Ese año se ingresaron por este concepto 4,5 millones de euros, por lo que le correspondería una subvención estatal superior al millón y medio de euros. Sin embargo, ante el rechazo de los consistorios a la medida que les privaba de usar libremente sus ahorros, el Ejecutivo socialista derogó el decreto y, con él, también las ayudas al transporte público.