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Interior del autobús, con algunas mujeres y niños durmiendo ASOCIACIÓN DE UCRANIANOS EN SALAMANCA
El temor de los ucranianos refugiados en Salamanca: “La guerra va a durar mucho”

El temor de los ucranianos refugiados en Salamanca: “La guerra va a durar mucho”

La Asociación de Ucranianos en Salamanca prepara un segundo viaje en autobús para traer a España más desplazados por la guerra

Miércoles, 16 de marzo 2022, 13:09

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A Iván, que ha participado como traductor en el primer viaje que en autobús y desde Salamanca ha logrado rescatar a medio centenar de mujeres y niños ucranianos, se le quiebra la voz cuando cuenta que los afectados quieren volver cuanto antes a su país. “Yo también quisiera creer que la guerra va a acabar pronto; pero va a durar en el tiempo. Mucha gente quiere regresar cuanto antes a su país, pero no sabe si su casa estará en pie, si habrá agua ni electricidad, o si existirán vecinos alrededor”, comenta.

De los 50 refugiados que llegaron a España en el bus que conducían Melchor y Juan Manuel, 30 se quedaron en Madrid para desplazarse a otros puntos de España. De la veintena que viajaron hasta a Salamanca, nueve han ido a Andalucía. En la ciudad del Tormes permanecen ocho, acogidos en casas de amigos y sobre todo en un hostal de la capital donde también se les proporciona alimentación y cierta tranquilidad.

Iván, que pertenece a la Asociación de Ucranianos en Salamanca, confirma que en cuanto tengan financiación para sufragar el viaje, se fletará un segundo autobús hasta Varsovia para rescatar a otro medio centenar de refugiados del país asediado por la ofensiva de Vladímir Putin.

En Polonia, los refugiados que hoy están a salvo en España gracias a esta iniciativa surgida en Salamanca, les recibieron con incredulidad y con cierta desconfianza. ¿Se podían fiar de los desconocidos que les recogían? Ya hay algunas organizaciones que han alertado del peligro del aumento de trata de personas en esta crisis migratorias: hay grupos criminales que se aprovechan de los grandes flujos de personas para explotar a los más vulnerables. A este tipo de temores se unía el cansancio y las penalidades de las mujeres ucranianas, que habían viajado durante una semana con los niños, con un frío intenso y sin conocer el idioma, para llegar a Varsovia.

En Varsovia, relata Melchor Martín, estuvieron esperando a un último grupo de desplazados antes de recorrer los 3.000 kilómetros de vuelta hasta Madrid y Salamanca. “La intención de los refugiados es volver a Ucrania cuando termine la guerra. Cuando se vieron a salvo en España, recuperaron el brillo en los ojos y cierta esperanza. Al salir de Polonia no eran conscientes de que viajaban hacia una vida mejor. En Varsovia llevaban reflejadas la incertidumbre y la tristeza en sus miradas. Se sentían a merced de un futuro incierto. Una vez dentro del autobús, la mayoría se quedaron profundamente dormidos porque venían muy cansados de su éxodo por Ucrania y Polonia”, afirma Melchor Martín, de la empresa salmantina Hermanos Martín.

Para Melchor Martín y Juan Manuel Corporales, los más de 6.000 kilómetros de su viaje discurrieron con bastante rapidez en cuatro jornadas y con cierta emoción. “Me ha impactado. Ha sido precioso haber facilitado que vinieran a España 50 personas que huían de la guerra”, comenta Melchor. Entre los dos conductores, hacían jornadas de 20 horas de máximo al volante, ya que Fomento consideró esta iniciativa como “un viaje particular”, en vez de una labor humanitaria.

Melchor Martín ha viajado mucho por Europa, sobre todo a finales de los años 90 y principios de los 2000. “Me encanta viajar y valoro el aspecto romántico de esta profesión, aunque soy uno de los gerentes de la empresa y no siempre puedo conducir”. Tanto Melchor como Juan Manuel han aportado su trabajo de forma altruista. “Nosotros no queremos nada; pero la Asociación de Ucranianos en Salamanca está pensando en un segundo viaje a Varsovia, que va a difundir a través de las redes sociales para recaudar dinero”, tanto para el combustible como para avituallar a los refugiados y hacer una noche de vuelta en un hotel a mitad de trayecto.

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