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Eliseo Blanco pintando una de sus últimas conchas traída de O Grove. MANUEL LAYA
El salmantino enfermo de Parkinson que tiene la pintura como método de lucha

El salmantino enfermo de Parkinson que tiene la pintura como método de lucha

Eliseo Blanco sufre la enfermedad desde hace diez años, y con sus 83 años de edad pasa horas y horas con un rotulador en la mano decorando conchas e inventando figuras en calabazas, hojas o troncos

Lunes, 11 de abril 2022, 15:53

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El Parkinson no ha sido ningún impedimento para Eliseo Blanco, nacido el 21 de diciembre de 1938. Se lo diagnosticaron en el año 2012 ya jubilado, pero con toda su vida dedicada a la pintura. Esto le ha hecho seguir invirtiendo el tiempo en decorar centenares de conchas y todo lo que se encuentra en el camino con el paso del tiempo: hojas de árboles, troncos, calabazas... La mayoría de las conchas llegaron desde O Grove. Él comía el marisco en los restaurantes de la zona y después se traía bolsas enteras a Salamanca para pintarlas. Nunca ha tirado ni una sola concha, si con el rotulador no le salía su idea principal rectificaba sobre la marcha y lo convertía en algo diferente. “Lo mejor es la improvisación, así siempre vas a acertar”, confirma.

La medicación le permite no tener temblores y gracias a ella pasa las horas con un rotulador en la mano creando figuras y animales. “Cojo el rotulador y lo que salga, voy creando sobre la marcha y retocando la idea principal que tengo en la cabeza”, asegura el propio Eliseo Blanco.

En sus inicios a él le regalaban calabazas y se le ocurrió la idea de representar diferentes animales en ellas como cabezas de caballos. “Aprovecho las calabazas para sacar la imaginación, también cuando salgo a pasear por el campo cojo hojas naturales y troncos para pintar. Lo último que he hecho ha sido un tronco que tenía la forma de un cocodrilo y decidí hacerlo”, confirma.

Lleva más de 15 años pasando horas y horas con los rotuladores en las manos para pasar el tiempo libre que la jubilación le ha dejado. “Sinceramente espero poder seguir haciendo esto durante muchos más años porque me da la vida. Esto lo complemento con mis paseos diarios y quedadas con amigos para tomarme una caña”, afirma entre risas Eliseo.

A sus 83 años desprende la vitalidad de un joven, un desparpajo y una soltura a la hora de ponerse a inventar que muchos querrían tener. Seguirá pintando a pesar del Parkinson.

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