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Jueves, 18 de junio 2020, 16:43
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Pekín y el brote de coronavirus en su principal centro mayorista de alimentación que ha causado en seis días 137 contagios en la ciudad, 31 en las últimas 24 horas, es un aviso de lo que puede pasar también en España. Pekín endureció ayer las restricciones y puso en marcha medidas extraordinarias e inéditas para contener el brote como es la tarea titánica de hacer test del virus a los empleados de los miles de restaurantes, decenas de universidades y mercados de toda la ciudad además de desinfectar todos esos espacios. También hará pruebas a otras 355.000 personas relacionadas de alguna forma con el mercado foco del nuevo brote.
“Hay un despliegue tremendo para controlar el virus. Hay cien mil personas dedicadas a frenar el brote rastreando a las personas que pudieron estar en la zona de los mercados clausurados”, detalla un salmantino afincado en Pekín, donde trabaja, y que no oculta su “miedo a que regresen medidas más serias”. “Tengo ganas de que esto vaya pasando, y de volver a Salamanca pero no se pueden hacer planes. Esto cambia todos los días. Habíamos avanzado en movilidad y ahora creo que vamos a volver para atrás por un largo tiempo”, vaticina con resignación sin ocultar las ganas de que “acabe esta pesadilla”.
El brote se ha registrado en la zona suroteste de Pekín, una vasta ciudad que ocupa casi 17.000 kilómetros cuadrados con 21,5 millones de habitantes. Se han aislado los barrios afectados pero “ya hay positivos a goteo en otros”, explica este salmantino que reside en la zona centro de la capital china, donde de momento la vida sigue con normalidad. Tai chi y bailes en los parques, ambiente en los restaurantes y las terrazas, reportajes de boda por las calles y mucho tráfico. “Hay una aparente vida normal en el centro, a excepción de que han vuelto las medidas como el uso de mascarilla por la calle, la toma de temperatura y el escáner del código de salud para acceder a locales y edificios, y que se ha retrasado la vuelta de los niños de Primaria e Infantil a las aulas”, relata.
“Hace unos 15 días se levantó el nivel de alerta y ahora otra vez estamos en alerta 2. Ya estamos cansados de esta situación, haciéndonos a la idea de que se puede pasar en cuatro días o bien puede ir a más barrios. Las restricciones de movimiento nos perjudican a todos. Pensábamos que en junio iban a moverse los vuelos internacionales, pero es mejor no hacer planes porque no sabemos como puede transcurrir todo”, admite el salmantino, que cuenta como más de 1.200 vuelos de entrada y salida a Pekín han sido cancelados.
“Dicen que Pekín al ser la capital no va a haber un confinamiento total, pero no descarto cualquier cosa porque no se la pueden jugar”, agrega el salmantino, a la expectativa de ver cómo evoluciona el brote.
Por el momento, Pekín ha desinfectado ya 276 mercados de productos agrícolas y cerrado 11 mercados subterráneos y semi-subterráneos, además de inspeccionar 33.173 servicios de reparto de comida a domicilio. Las bibliotecas, museos y parques abrirán durante un tiempo limitado y con un aforo no superior al 30 % de su capacidad. Algunas zonas de la capital han elevado su alerta mientras que en algunos complejos residenciales se ha decretado el confinamiento de todos los vecinos, tanto en ese distrito del suroeste de la ciudad como en otros donde han surgido casos. También se ha suspendido la celebración de bodas, banquetes y otro tipo de actividades que congreguen a grandes grupos de personas.
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