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Personas esperando para entrar en una oficina del Ecyl en Salamanca. ALMEIDA
El paro por la pandemia se ceba con Salamanca capital y los municipios más poblados

El paro por la pandemia se ceba con Salamanca capital y los municipios más poblados

Las pequeñas localidades, en cambio, consiguen sortear mejor la crisis | El campo, clave para que los pueblos mantengan trabajadores o los aumenten respecto a febrero

M.D

Lunes, 24 de agosto 2020, 20:44

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2020 quedará grabado para todos como uno de los años más complicados que se recuerdan y no solo desde el punto de vista sanitario, también desde el económico. Una pesadilla que está siendo peor para el empleo en las grandes localidades de la provincia, mientras que las más pequeñas están resistiendo mejor una crisis en el mercado laboral que no tiene precedentes recientes. Mientras que las empresas ubicadas en la ciudad, municipios con polígonos industriales y zonas comerciales y la mayoría de las cabeceras de comarca están sufriendo claramente las consecuencias de la paralización económica, y por ende sus trabajadores, las compañías y autónomos que trabajan en el medio rural están aguantando hasta ahora mejor el golpe del coronavirus.

Los datos de afiliación a la Seguridad Social, que toman como referencia el lugar donde está asentado el centro de trabajo, revelan que la ciudad acapara el 60% de la caída de la afiliación entre febrero y junio en la provincia. El gran peso que tiene el turismo y la hostelería en la capital salmantina explican el importante retroceso que ha experimentado por la pandemia —2.603 cotizantes menos—, al tratarse de dos de los sectores que han visto más trastocada su actividad con la enfermedad.

Santa Marta, con 566 afiliados menos, y Carbajosa de la Sagrada, con una bajada de 264, evidencian también la importancia que ha tenido el coronavirus en empresas asentadas en polígonos industriales y centros comerciales. Aunque muchos de esos negocios están operativos desde que acabó lo más duro del confinamiento, su trabajo ha disminuido en comparación con meses anteriores, por lo que las plantillas han menguado para ajustarse a la actual demanda.

Guijuelo ocupa la cuarta posición en cuanto a pérdida de trabajadores, aunque en este caso hay condicionantes externos a la pandemia. Además de la propia incidencia que ha podido tener la enfermedad en el trabajo de la industria chacinera, hay que recordar que en febrero están en plena campaña de ibérico, una de las épocas de mayor actividad en el sector, mientras que en junio el trabajo no es tan exigente. Villamayor, Villares de la Reina y Ciudad Rodrigo superan también el centenar de afiliados perdidos desde febrero. El contraste vivido por las localidades de mayor tamaño de la provincia lo representan otras que se suelen mover entre los 50 y 300 afiliados generalmente. A diferencia de lo ocurrido con las anteriores, muchos de estos pequeños municipios han aguantado mejor la crisis desencadenada por la pandemia, bien manteniendo el número de afiliados e incluso registrando un aumento.

Huerta, Babilafuente, Macotera, Carrascal de Barregas, Terradillos, Gomecello, Miranda de Azán, Los Santos, Villagonzalo de Tormes o Villavieja de Yeltes son algunas de las poblaciones que han registrado un ligero incremento del número de cotizantes a la Seguridad Social de febrero a junio.

Les ha favorecido que buena parte de los trabajadores están relacionados de manera directa o indirecta con el sector agrario, uno de los que mejor están librando la crisis económica y que menos se vieron afectados por la pandemia en sus inicios. Otro caso particular es el de Fuentes de Oñoro, que también registra un incremento, aunque en su caso la reapertura de la frontera le ha permitido mantener parte de su actividad comercial.

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