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Sábado, 6 de julio 2019, 21:30
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Las sandías marcan récords de ventas en la fruterías a pesar de que han subido de precio y ya se encuentran a 0,98 euros el kilo. Pero si por algo llaman la atención entre los que se acercan hasta las tiendas estos días es porque se las encuentran embadurnadas de cal. La cal es un método tan barato como llamativo que se aplica para que la sandía no sufra durante su cultivo. Pintadas de blanco, los rayos de sol no inciden directamente sobre la superficie negra en el campo, lo que impide que se rajen por el calor, tal y como comentaba ayer Susana, responsable de una frutería del Mercado.
Explicaba que aunque en la tienda aún se pueden ver un poco blancas, “antes de entregarlas al cliente le pasamos la bayeta y quedan relucientes”. Tan curioso como la cal es el método de envasado de los melocotones de Tirrenia, uno de los productos más delicados que se pueden encontrar esta semana en las fruterías. Tal es la fragilidad de esta variedad, que se envasa directamente en el campo: del árbol a la caja para evitar que se golpee, ya que se pudriría rápidamente. Lo habitual es que la fruta se recoja en el campo en grandes depósitos para después envasarla en cajas más pequeñas ya en las fábricas.
Otro de los productos novedosos estos días son las judías producidas en las huertas de Salamanca, que se venden a 3.98 euros el kilo. “Es la primera vez que las tenemos este año”, comentaban ayer varios vendedores. Mientras tanto las sardinas (a 4,90 euros el kilo) y el bonito (a 17,8) son los productos más vendidos en las pescaderías al estar al inicio de su campaña.
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