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Quico Tomás y Valiente. L.G.
El dolor del hijo de Tomas y Valiente: “No cabe justicia en un asesinato, pero ha habido justicia democrática. ETA fracasó”

El dolor del hijo de Tomas y Valiente: “No cabe justicia en un asesinato, pero ha habido justicia democrática. ETA fracasó”

Se cumplen 25 años de la muerte a manos de la banda terrorista del prestigioso jurista Francisco Tomás y Valiente. El fallecimiento del que fuera catedrático en la Universidad de Salamanca originó el movimiento de Manos Blancas

Lunes, 22 de febrero 2021, 10:44

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Aquel 14 de febrero de 1996 ETA pensó que había dado el golpe perfecto en la Universidad Autónoma de Madrid, un asesinato con gran impacto que dejaría a España consternada. Sin embargo lo que consiguió fue una repulsa en masa, particularmente dentro del sector universitario, donde se celebraron actos masivos de los que nació el movimiento de Manos Blancas, con el que cientos de alumnos reivindicaban la paz frente a la sangre. Ya han pasado 25 años de la muerte del prestigioso jurista, historiador y presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, catedrático durante años en la Universidad de Salamanca, y su hijo Quico Tomás y Valiente habla sin tapujos de la banda terrorista.

–¿Cómo recuerda aquel 14 de febrero?

–Estaba en la agencia Efe cuando dieron el avance del atentado. Todo el mundo se enteró de la noticia y alguien me lo tenía que decir. Me lo contó un compañero, Paco Pardo, con el que luego he trabajado mucho. Intenté mantener la serenidad e hice unas declaraciones diciendo que aquello no había servido de nada, que efectivamente habían conseguido hacer daño y generar muchísimo sufrimiento, pero que políticamente era un fracaso. Los objetivos de ETA eran absurdos y se iba a demostrar con el tiempo, como así ha sido: han sido derrotados por el estado de derecho. Aquello no conducía a nada.

–¿Qué supuso aquella imagen de cientos de estudiantes alzando sus manos pintadas de blanco?

–Aquella reacción estuvo muy bien. Hubo movimientos no solo en el País Vasco sino en toda España que fueron muy importantes en el papel de la sociedad contra la banda terrorista. En el caso de mi padre es que además del asesinato habían profanado un lugar dedicado al diálogo, al pensamiento, al entendimiento, a la inteligencia... Fue claramente un atentado fascista, que es lo que es ETA, y la reacción democrática y firme pero al mismo tiempo pacífica, de defensa del estado de derecho, fue muy significativa y muy emocionante al mismo tiempo.

“Profanaron un lugar dedicado al diálogo, al pensamiento, al entendimiento, a la inteligencia... y la reacción pacífica fue muy significativa y emocionante”

–¿Qué es lo que ha aprendido de todo aquello?

–Lo importante después de todo este tiempo es la victoria del estado de derecho, la derrota de ETA y que de alguna manera se ha hecho justicia. Aunque aún quedan muchos asesinatos por resolver, la victoria del estado de derecho, el hecho de no haber entrado en la ilógica guerra que quería vender ETA, de la confrontación del País Vasco contra los demás ciudadanos, aquella historia xenófoba de limpieza étnica, el intento de desligitimación de las instituciones... Todo eso ha fracasado y ha pasado justo lo contrario. Hemos salido más fuertes. No cabe justicia cuando hay un asesinato, en el sentido que es injusto humanamente, pero sí hay una cierta justicia histórica, política y democrática. ETA claramente fracasó.

–¿Alguna vez se ha parado a pensar cuál sería la reacción de su padre tras el desenlace de ETA?

–No hace falta imaginarlo. Él siempre fue muy firme y se manifestó en contra de ETA a propósito de muchos asesinatos. Él siempre defendió lo mismo que yo estoy diciendo ahora: que la legitimidad de las instituciones debía ser la clave para defendernos y derrotar a ETA, desde la democracia y la tolerancia activa.

–¿Cree que de alguna forma ahora se está intentando blanquear el pasado de la banda terrorista?

–Depende de por parte de quien. Hay una parte del arco político que pretende mantener aquella lógica de que hubo una guerra, un conflicto, y que hubo dos bandos, sufrimiento en todas partes y culpas repartidas. Por ejemplo eso es lo que se hace desde Bildu, sobre todo, y desde los movimientos cercanos a ETA que todavía persisten. Pero esa es precisamente la tarea que nos queda por hacer, mantener la memoria de por qué hubo una banda fanática que trató de revertir el proceso democrático, tratando de provocar una reacción de violencia indiscriminada que no se produjo. Hay una historia heroica de la sociedad que hay que mantenerla porque hubo muchos jueces, fiscales, políticos, profesores... que aguantaron y derrotaron a ETA.

–¿Alguna vez ha podido hablar con el asesino de tu padre?

–No, ni tengo esa necesidad. Lo que tengo que decir ya lo hago públicamente.

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