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Lunes, 7 de marzo 2022, 10:15
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Nunca imaginó que esa frase cambiaría por completo su destino. “Arón, límpiate que tienes berretes”. Es lo que Blanca Hernández repetía una y otra vez a su hermano, con síndrome de Down, cada vez que comía un postre. Esa cara manchada de dulce pero llena de felicidad del joven es la que ha hecho que la salmantina haya dado el paso de dejar atrás toda su formación en ingeniería y haya puesto en marcha, junto a su amigo Santiago Paredes, un proyecto en el que desarrollar su gran vocación, la pastelería. Pero ‘Berretes’, como se llama, no es un negocio cualquiera y ha aterrizado en la ciudad para convertirse en el primer obrador inclusivo, donde trabajen personas con discapacidad.
La primera ‘fichada’ es Beatriz Lucas Vicente, a quien Blanca conoció cuando optó por formarse en cocina y trabajó como profesora de cocina en la Fundación Aviva, hace ya cuatro años. “Yo allí veía que había un potencial desaprovechado porque todos ellos trabajaban muy bien y a Bea siempre le decía: ‘Cuando yo monte algo te voy a llevar conmigo’. Nos reíamos pero mira dónde estamos”, cuenta orgullosa la ahora empresaria. De esta forma Beatriz, a sus 36 años, pone fin de una vez por todas a años y años de esfuerzo laboral en los que siente que no se ha valorado su trabajo, pues solo han sabido fijarse en su sordera. “Yo estudié Educación Infantil y siempre ha sido como... ‘Es que es sorda, pobrecita...’. Aquí me aceptan como una más. La gente debería fijarse en las personas, no en la discapacidad”, denuncia. “No la han tratado bien”, apostilla su compañera Blanca.
Pero ella no será la única persona con discapacidad que formará parte de ‘Berretes’ y en las próximas semanas, gracias a un convenio que han cerrado con la Fundación Aviva, se espera la ansiada incorporación de Íñigo y Mercedes, ambos con discapacidad intelectual. “El objetivo es que pasen por aquí, aprendan y luego se queden trabajando con nosotros. No queremos ser un centro de formación más, queremos contar con ellos y demostrar que son súper válidos. De hecho lo demostramos en la inauguración —que tuvo lugar el pasado día 18—, pues de las cinco personas que estábamos en cocina, tres tenían discapacidad. Santiago y yo ese día nos centramos en atender más a la gente y demás y ellos se quedaron solos con los postres y no lo pudieron hacer mejor. Estaban perfectamente coordinados, los mostradores limpios, las tartas cortadas perfectas... Lloramos muchísimo”, cuenta Blanca.
De hecho, gracias al sabor y la cuidada presentación de cada uno de sus originales postres han conseguido que en pocos días se los quiten de las manos. “Trabajamos únicamente por encargo y por ejemplo para la próxima semana ya tenemos la agenda llena. Además hemos cerrado un acuerdo con cuatro restaurantes —uno de ellos incluso de Castellón— a los que vamos a hacerles los postres que luego ofrecerán en su carta”, indica la joven.
Pero si hay un dulce que destaca por encima de todos son los ‘Berretes’. “Los hemos patentado incluso. Son como unas galletas pero más blandas, abizcochadas, rellenas de un interior fluido. Las hay de nutella, arroz con leche, red velvet, maracuyá con coco... Recomendamos calentarlas unos segundos y después partirlas a la mitad. Están buenísimas”, reconocen.
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