El diagnóstico precoz, clave para detener la pérdida de visión

La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es una enfermedad ocular que consiste en un deterioro progresivo de la mácula, el área central de la retina que permite alcanzar la máxima nitidez para tareas como la lectura, ver la televisión o conducir. La mácula es la responsable de la zona central del campo visual y de la visión de los colores. Al ser la retina una capa que tapiza el ojo por dentro está en contacto con la pared interna del ojo y, en concreto, con una capa de pequeños vasos sanguíneos llamada coroides, que está entre la retina y la esclerótica. Así la coroides nutre la retina y la mácula, y el epitelio pigmentario retiniano sirve de filtro entre ambas capas.

En la degeneración macular se produce un deterioro de esta barrera por acúmulo de sustancias de desecho y por alteración de la micro vascularización. Esto supone un 'apolillamiento' de esta capa y una atrofia de la retina que da lugar a la DMAE seca. Cuando estos defectos del epitelio pigmentario aumentan, permiten el paso de vasos desde la coroides y la DMAE se convierte en húmeda o exudativa.

La labor del oftalmólogo consiste en realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad y así informar al paciente para que esté atento a los síntomas visuales que supongan empeoramiento de la enfermedad o paso a una forma húmeda. Es precisamente esta forma húmeda la que se puede tratar y de la precocidad del tratamiento dependerá el pronóstico visual final.

En la actualidad, el tratamiento de la DMAE húmeda se realiza con los fármacos denominados 'antiVEGF' que actúan inhibiendo el crecimiento de los vasos sanguíneos anormales en la retina, y reduciendo la exudación e inflamación en la mácula, lo cual estabiliza o mejora la visión. Estos fármacos son clave para detener el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento con anti-VEGF suele comenzar con una fase de carga, que consiste en tres inyecciones intravítreas administradas mensualmente. Esta fase inicial es crucial para reducir rápidamente la exudación y frenar el daño ocular. Posteriormente, la frecuencia de las inyecciones se ajusta según la respuesta individual del paciente, permitiendo un tratamiento personalizado y más eficiente a largo plazo.

Aunque la DMAE exudativa es una enfermedad compleja e incapacitante, los avances en tratamientos anti-VEGF han transformado su manejo, ofreciendo esperanza a los pacientes. El desarrollo continuo de nuevos fármacos y estrategias terapéuticas promete mejorar más los resultados, con menos inyecciones y un control más duradero de la enfermedad. Así, en Clínica INSADOF están comprometidos con ofrecer las opciones de tratamiento más avanzadas y personalizadas para cada paciente, ayudando a preservar y mejorar su visión.