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José Abel Flores trabajando con sedimentos de campañas marítimas.

De la Universidad de Salamanca a la Antártida

José Abel Flores, catedrático de Micropaleontología, pasará un mes en el buque español “Hespérides”

Domingo, 8 de diciembre 2019, 12:11

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José Abel Flores, catedrático de Micropaleontología y Oceanografía de la Universidad de Salamanca, se embarcará a final de mes en el buque español de investigación oceanográfica “Hespérides” para participar en un proyecto nacional sobre el estudio del clima en la Antártida, situando a la Universidad de Salamanca, una vez más, en la élite de la investigación antártica internacional.

“Plantear una campaña antártica lleva entre seis y siete años, y luego el tiempo que tardan en aprobártela, así que uno va teniendo una edad y ya quedan pocas ocasiones de este tipo, por lo que decidí apuntarme cuando me lo ofreció Carlota Escutia”, comenta José Abel Flores para explicar los motivos por los que ha optado por pasar todo el mes de enero embarcado en el buque del Ministerio de Defensa de España junto a otros 15 científicos españoles, franceses, italianos y norteamericanos. Con estos últimos colaborará especialmente el catedrático de la Universidad de Salamanca.

El proyecto en el que participa Flores está liderado por la Universidad de Granada, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Granada y el Instituto Tecnológico y Minero, y lleva por título “Los pasos oceánicos de Tasmania y Drake y la Corriente Circumpolar Antártica: origen evolución y sus efectos en el clima y la dinámica del casquete glacial antártico”. Por un lado, tiene un aspecto geofísico, ya que los científicos intentarán aclarar cuándo realmente se separó la Antártica de Sudamérica y empezó a funcionar como océano independiente. “Cogeremos material y haremos una especie de ecografía del fondo oceánico y estudiaremos también los fondos con sondas”, aclara el catedrático. Por otro lado, tratarán de averiguar cuándo y cómo se ha producido el deshielo en esta zona y si ha habido regresiones y progresos. “En mi caso concreto, lo que haré será investigar cómo el nanoplancton se acomodaba y migraba hacia el norte o el sur en función de la temperatura media del océano y del hielo”, añade.

Además, al margen de ese proyecto, con un grupo de investigadores norteamericanos, Flores intentará hacer un muestreo de material vivo de la columna de agua. “Con diferentes técnicas trataremos de recuperar plancton y hacer un censo desde que salgamos de Ushuaia para ir tomando material hasta que lleguemos al mar helado para ver en qué medida se está modificando y tener así un censo claro de la situación del plancton primario”, amplía el catedrático que se moverá desde la península Antártica hacia el este, por los grandes golfos, las regiones del planeta donde se producen más icebergs.

El viaje arrancará el 3 de enero desde Ushuaia (Argentina) y continuará hasta la base Juan Carlos I, donde descenderán algunos científicos que trabajan en tierra mientras que Flores y otros investigadores continuarán la travesía por el mar de Escocia y el de Wedell (Antártida Oriental). “Dependerá del hielo que encontremos en el camino que vayamos más al este o al sudeste”, apunta el paleontólogo que, pese a que ya es un veterano, no puede ocultar la emoción que le produce formar parte, de nuevo, de la aventura antártica, un gran laboratorio al aire libre aún por conocer, según asegura.

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