Secciones
Destacamos
Salamanca
Jueves, 8 de agosto 2024, 14:59
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Más de 60 personas con discapacidad o en riesgo de exclusión se incorporan al mercado laboral gracias al proyecto para la plena inclusión que lleva adelante el Ayuntamiento de Salamanca en colaboración Asprodes. Así la ha explicado la concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades, Miryam Rodríguez, en su visita a la planta de compostaje que gestiona dicha entidad en las instalaciones de Viveros El Arca.
La actuación forma parte del proyecto de cooperación transfronteriza 'Fronteira Huella Zero 2030', una iniciativa que tiene como objetivo contribuir, desde la cooperación transfronteriza entre Salamanca y el Centro de Portugal (Beiras y Sierra Estrela), a una Europa más verde promoviendo el reciclaje y otras acciones que permitan reducir la contaminación. El proyecto cuenta con la participación de la Universidad de Salamanca que a través del programa de investigación que la Facultad de Ciencias Agrarias.
En concreto, en Viveros El Arca las acciones se centran en la reutilización desechos vegetales para convertirlos en compost evitando así el desperdició y promoviendo una economía circular. Una iniciativa que ha permitido la inserción laboral a 12 personas con discapacidad intelectual que desarrollan las labores de mantenimiento en el lugar. Además, otras 48 personas con algún tipo de discapacidad o en riesgo de exclusión se han incorporado al mercado laboral gracias a los proyectos promovidos Ayuntamiento en colaboración con Asprodes.
«Se les brinda una oportunidad de demostrar de lo que son capaces de hacer. Esto es muy importante porque son personas que a veces no han tenido la ocasión de trabajar y necesitan esa experiencia», comenta Lucía Torres, una técnico de apoyo y jardinería en El Arca que tiene a su cargo un equipo de 11 operarios que incluye a personas con discapacidad, pero también personas en riesgo de exclusión, como víctimas de violencia de género oparados de larga duración, que necesitan un empujón para rehacer sus vidas. «Hay personas que vienen destrozadas y esto forma parte del proceso de que vuelvan a encarrilarse. Para ellos es una oportunidad única de integrarse a la sociedad y sentirse útiles», relata la técnico.
La contratación para estos espacios se realiza por medio de los contratos reservados para centros especiales de empleo de iniciativa social y empresas de inserción o gracias a los acuerdos de formación en alternancia que combinan la teoría con la práctica. En este último formato, que permite a las personas aprender un oficio a la vez que obtienen un salario desde el primer día, desempeñan su labor 29 personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social junto a personal técnico de apoyo. «Aprenden un oficio que les abre puertas. Pueden encontrar un trabajo en El Arca o en otra empresa. Además, con el dinero que reciben por su trabajo tienen un ingreso que les permite volver a empezar», señala Torres.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.