El coleccionista salmantino que guarda en su casa el Mercedes que Hitler le regaló a Franco

El salmantino Fernando García siente verdadera predilección por el mundo del motor. Lleva siendo así desde su infancia. Natural de la localidad de Alba de Tormes y afincado desde hace varios años en la capital, su pasión va de la mano con su profesión. Sus primeros coches le llegaron en forma de regalo de cumpleaños y, desde entonces, su colección no ha hecho otra cosa que no sea crecer. El Día de Reyes y que su familia conociera desde el principio lo mucho que le gustaba el mundo del motor ha contribuido a que, a día de hoy, tenga cerca de 1.000 en sus vitrinas de coleccionista.

«Cuando me regalaron los primeros coches, empecé a meterme en el mundo de las maquetas. Primero lo hice por escalas, a 1:18 y, tiempo después, me centré en miniaturas a 1:43. Al principio compraba vehículos de todas las marcas, pero ahora me he centrado en solo una: en Citroën», asegura Fernando García para LA GACETA, donde deja entrever la verdadera devoción que siente por un mundillo en el que tiene la gran suerte de aportar su granito de arena. «De la marca Citroën, tengo unos 500», añade.

«El mundo del coleccionismo de los coches en miniatura al final te lleva a especializarte en varias cosas, marcas o modelos. En mi colección, tengo coches que son 'raros' y muy especiales como el Mercedes 540 G4 que Hitler le regaló a Franco, varios Papamóviles o varios coches presidenciales», afirma.

Pero lo que hace más única todavía su colección es que, además de ir consiguiendo coches de distintas marcas poco a poco, de distintos lugares de procedencia, también cuenta con una transformación hecha por él. «He tomado varios vehículos y he construido uno que yo quería. A día de hoy, ese coche no existe. Del que más orgulloso estoy es de la caravana de Coke, el de 'La que se avecina'. Solo espero que mis hijas, que ahora tienen 3 y 6 años, sepan en un futuro el valor que tiene mi colección. De hecho, ellas saben que estos coches no se pueden tocar. Son y siempre serán los coches de papi», sentencia.

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